La empresa ferroviaria que gestiona los trenes suburbanos de París separa a hombres de mujeres, niños y discapacitados en medio del colapso del sistema de transporte público por la huelga contra la reforma del sistema de pensiones. La medida tiene defensores y detractores.

La iniciativa divide. ¿Vagones sólo para mujeres en Francia? La empresa de ferrocarriles, SNCF, lo niega, pero las imágenes que circulan en las redes sociales parecen desmentirlo, con videos de varones invitados por el personal de la compañía a ingresar a otros vagones al acercarse a uno repleto de mujeres.

Cécilia, una usuaria del tren suburbano RER entrevistada por la BFMTV, confirma que pudo entrar en un tren “protegido”.

“Todas pudimos entrar y, de hecho, cuando los hombres llegaron para ingresar, todos los agentes de seguridad hacían barreras para explicar que no, que este coche era sólo para mujeres.
Me sentí segura. Y ver a las mujeres que podían entrar con cochecitos, o a un hombre con discapacidad visual al que todos dejaban su sitio, era realmente el coche donde había que estar porque sabía que todo iba a salir bien”, dijo al canal BFMTV.

Para la SNCF no se trata de impedir el ingreso de varones, sino de proteger a “los más vulnerables”, categoría en la que incluye a las mujeres.

“Con esta iniciativa, los responsables de la seguridad ferroviaria están poniendo a salvo a las personas más vulnerables, a las personas con niños, a las mujeres solas, a las personas discapacitadas… en los primeros vagones del tren, evitando así que se caigan al ser empujadas”, explica el grupo en un comunicado, que agrega que “si el coche no está lleno en el momento de la salida, todo el mundo puede subir a este vagón”.

La SNCF asegura que la medida no es una política de la empresa, sino una iniciativa independiente y puntual de agentes que intentan controlar el gran flujo de pasajeros agravado por la huelga.

Sin embargo, en las redes sociales crecía la polémica sobre las ventajas para la seguridad de la mujer y quienes denuncian la separación de hombres y mujeres en el transporte público, como lo hacen ya Japón, Brasil, México, India, Malasia o Egipto.