En este séptimo día de movilización, el primer ministro de Francia Édouard Philippe se dirigió al Consejo Económico, Social y Medioambiental (CESE) para presentar la “arquitectura” de la reforma de las pensiones. Su objetivo es fusionar los 42 regímenes de pensiones actuales (especiales, funcionarios, empleados privados, liberales, artesanos, agricultores, etc.) en un único sistema universal de puntos.

La reforma no se aplicará a “los nacidos antes de 1975”, dijo Philippe. Se comprometió a realizar una “transición progresiva” y “sin brutalidad” hacia la creación de ese “sistema universal” de pensiones.

Un sistema universal con una regla de oro, y un mínimo de 1.000 euros

Será un “sistema de puntos y no de trimestres: cada hora trabajada abrirá derechos”, dijo Édouard Philippe. “Nos comprometemos a garantizar que el valor del punto no se establezca a las apuradas, en función de las dificultades presupuestarias. Pediremos a los interlocutores sociales que fijen su valor y su evolución. La ley proveerá una regla de oro para que el valor de los puntos ganados no pueda disminuir. Irá más lejos al prever una indexación progresiva, no sobre los precios sino sobre los salarios”, añadió.

“Garantizamos una pensión mínima de 1.000 euros netos al mes para una carrera profesional completa con un SMIC [salario mínimo]”, afirmó Philippe, subrayando que es “una conquista para los agricultores y artesanos”.

Édouard Philippe | AFP
Édouard Philippe | AFP

Jubilación a los 62 años… o 64

Para tratar de reducir el déficit en el sistema y compensar la creciente esperanza de vida, el gobierno quiere que las personas trabajen más tiempo (en los últimos 20 años el período de cotización ya fue extendido de 37,5 a 41,5 años, y la edad de retiro elevada en dos años).

Según el premier francés, para salvar el sistema de pensiones, “la única solución es trabajar un poco más, como sucede en toda Europa, y en todo el mundo. Mantendremos la edad legal de jubilación en 62 años. Sin obligarles a ello, tendremos que animar a los franceses a que trabajen más tiempo”.

La reforma introducirá “una edad de equilibrio por encima de la edad legal, con un sistema de bonificación-penalización. La edad de equilibrio, fijada en 64 años, deberá entrar en vigor en 2027”. “64 años es la edad media a la que los empleados se jubilarán en cinco años”, insistió Philippe.

Sin embargo, el primer ministro precisó que “las personas que comenzaron a trabajar temprano, antes de los 20 años, podrán seguir saliendo dos años antes que los demás. El futuro sistema también tendrá en cuenta a aquellos que, debido a situaciones de discapacidad, no pueden trabajar como los demás. Las personas que tienen empleos duros podrán marcharse dos años antes que los demás”.

No afectarán a la policía, que aún podrá retirarse a partir de los 52 años, ni a los bomberos que pueden retirarse a partir de los 57.

Anuncios poco convincentes para los sindicatos

Después de anunciar estas medidas (entre otras para las madres, las familias numerosas o los profesores, por ejemplo), Édouard Philippe lanzó un llamado solemne a poner fin a las huelgas y manifestaciones que sacuden al país.

“Me parece que las garantías que hemos dado a los sectores de la población más preocupados justifican que se reanude el diálogo y que la huelga que penaliza a millones de franceses se detenga”
, declaró.

No obstante, todo hace prever que las movilizaciones seguirán, dada la reacción de los sindicatos a estas medidas del gobierno. El principal sindicato de la SNCF, la compañía de trenes francesa, instó a “reforzar la huelga” y todos los sindicatos llamaron a una gran nueva movilización el 17 de diciembre en París.