La presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, se convirtió en una de las figuras más llamativas del último Mundial de Rusia 2018, tras acompañar a la selección de su país en los últimos partidos del certamen, donde lograrían un histórico segundo lugar.

La imagen de Grabar Kitarovic se volvió aún más popular luego que se conociera que los viajes y la estadía para ver los partidos los había costeado ella misma, transmitiendo una imagen de transparencia en el público internacional.

Pero tras las alabanzas, también se han conocido algunas críticas hacia la figura de Grabar-Kitarovic, como el hecho de que en 2008 fue sancionada junto a su esposo de utilizar el vehículo oficial para asuntos privados, mientras ejercía como embajadora de Croacia en Estados Unidos.

El asunto se zanjó cuando la en ese entonces embajadora debió pagar de su propio bolsillo el daño fiscal causado por el uso de recursos públicos con fines personales.

Otra polémica en su historial se refiere a una de 2016, cuando ya era la primera mujer presidenta de Croacia y apareció en una foto junto a unos hombres que portaban la bandera de los ustachas, los ultraderechistas croatas que colaboraron con el nazismo.

También ha sido criticada por la política migratoria de su partido, la Unión Demócratica de Croacia (nacionalista-conservador) debido a que ha restringido el acceso a su país de refugiados que escapan de los conflictos en el Medio Oriente, pese a reclamar por una solución a nivel de Europa para la crisis migratoria.

El Gobierno de Kolinda Grabar-Kitarovic presentó un proyecto de ley para encarcelar a quienes prestaran ayuda a los inmigrantes ilegales, pero no contó con el respaldo suficiente en el Congreso. Sí pudo aprobar una Ley de Extranjería que prohíbe atención en vivienda, salud y alimento a quienes se encuentren ilegalmente en el país, consignó el portal alemán Deutsche Welle.

“Croacia continuó devolviendo a Serbia a las personas refugiadas y migrantes que entraban en el país de forma irregular, sin concederles acceso a un proceso de solicitud de asilo efectivo”, señala el informe 2017/2018 de Amnistía Internacional.

Croacia se comprometió a aceptar a 1.600 personas refugiadas y solicitantes de asilo para finales de 2017, pero a mediados de noviembre se había reubicado a menos de 100 personas y no se había reasentado a ninguna.

La popularidad de la mandataria en Croacia estaba de capa caída y pronto se vienen las elecciones. Desde ese punto de vista, su viaje a Rusia fue un golpe maestro. Apareció rodeada de líderes de alcance planetario, demostró sencillez y carisma, no se complicó con la lluvia torrencial y entregó consuelo a los jugadores de su selección. Además, vistió siempre la camiseta croata.

Kolinda Grabar-Kitarovic consiguió opacar en Moscú a Vladimir Putin y a Emmanuel Macron, con quien parece tener una química especial. Su decisión de aparecer de blanco-rojo cuando los demás prefirieron los tonos oscuros fue también, desde el punto de vista estético, acertada. El viaje de Kolinda a Rusia fue un golpe de efecto que algunos en su país alaban y otros califican de “populista”.

Relación con Luksic

Grabar-Kitarovic realizó un programa para ejecutivos en la Universidad de Harvard gracias a una beca otorgada por la fundación de la familia Luksic, situación que fue confirmada por ella a Diario El Mercurio durante su última visita a Chile.

“Hay tantos empresarios croatas y políticos importantes en Chile. (…) me gustaría mencionar a la familia Luksic porque fueron los que tuvieron la valentía de invertir en Croacia durante la guerra, lo que fue increíblemente importante para nuestra confianza”, señaló en marzo durante su visita a Chile.

“Yo misma fui una de las personas elegidas para la Beca Luksic, cuando fui a la Universidad de Harvard para un programa ejecutivo. Viéndolo ahora que me he convertido en la Presidenta de Croacia, probablemente fue una buena inversión para la familia Luksic”, agregó.

El hecho fue reflotado estos días en Twitter, donde el patriarca de la familia más “poderosa” de Chile, reconoció que han entregado recursos para que personas de distintos países puedan estudiar en diferentes universidades del mundo.

“Como familia estamos orgullosos de haber apoyado los estudios de más de 1.100 personas de Chile, China y Croacia en universidades de EEUU,China,Chile y UK (Reino Unido) en los últimos 16 años y lo seguiremos haciendo pq (porque) creemos en el gran aporte q (que) es la educación para el desarrollo de un país”, agregó Andrónico Luksic.