El rápido colapso del gobierno y el ejército afganos ante los talibanes se debió a la falta de liderazgo, a pesar de años de ayuda y entrenamiento por parte de Estados Unidos, dijo el lunes el Pentágono.

“Se puede financiar, se puede entrenar, se puede apoyar, se puede asesorar, se puede asistir. No se puede comprar voluntad, no se puede adquirir liderazgo, y faltaba liderazgo”, dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby.

Ese domingo 15 de agosto, los talibanes llegaron a las puertas de Kabul, al cabo de una ofensiva fulminante iniciada en mayo tras el comienzo de la retirada de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN. En los últimos diez días, los insurgentes se apoderaron de todas las grandes ciudades de Afganistán, sin hallar casi resistencia.

“El Emirato Islámico ordena a todas sus fuerzas que permanezcan a las puertas de Kabul, que no intenten entrar en la ciudad”, tuiteó Zabihullah Mujahid, un portavoz de los talibanes. Pero habitantes de Kabul señalan la presencia de talibanes en los suburbios de la ciudad

Promesa de “transferencia pacífica del poder”

El ministro afgano del Interior, Abdul Sattar Mirzakwal prometió en un mensaje de video “una transferencia pacífica del poder a un gobierno de transición”. El presidente afgano, Ashraf Ghani, pidió por su parte a las fuerzas de seguridad que garanticen la “seguridad de todos los ciudadanos” manteniendo el orden público en Kabul.

La comunidad internacional expresó su preocupación: el papa Francisco apela al “diálogo”, la OTAN a “una solución política al conflicto”, mientras que Rusia dijo trabajar con otros países para celebrar una reunión de urgencia del Consejo de seguridad de la ONU, la cual se efectúa este lunes.

Sin embargo, el pánico se impuso en Kabul. Las tiendas cerraron y la gente buscó desesperadamente retirar su dinero de los bancos. Mientras, los países extranjeros organizaron apresuradamente la evacuación de sus ciudadanos y de los afganos que trabajaron para ellos.

Finalmente, el domingo por la noche, el presidente afgano Ashraf Ghani abandonó el país, justo después de que los talibanes afirmaran que sus combatientes habían entrado en varios distritos de la capital afgana, contrariamente a las órdenes iniciales.

Por otro lado, varias fuentes talibanas reportaron que los insurgentes tomaron el control del palacio presidencial, lo que fue finalmente confirmado con fotografías del interior del recinto.

“Los talibanes han ganado”

Tras conocerse la noticia, el presidente Ghani dijo en un mensaje en Facebook que huyó del país para “evitar un baño de sangre”, y reconoció que “los talibanes han ganado”.

No informó adónde ha ido, pero el grupo de prensa afgano Tolo sugiere que viajó a Tayikistán.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, exhortó horas después a los talibanes y a todas las demás partes en Afganistán a que se comporten “con la máxima moderación”.

Pánico en el aeropuerto

Tras los sucesos del domingo, una marea humana se precipitó este lunes al aeropuerto, única puerta de salida del país.

Otros video reflejan escenas de caos total en las pistas, con civiles peleándose por subir a las pasarelas o escaleras que conducen a los aviones.

El tumulto es tal que las tropas estadounidenses, que garantizan la seguridad en el aeropuerto, dispararon al aire para controlar a la muchedumbre.

Todos los vuelos comerciales son suspendidos. A petición de Afganistán, las compañías internacionales suspenden el sobrevuelo del país mientras que un noria de aviones militares, esencialmente estadounidenses, evacúan personal diplomático y empleados locales.

La Unión Europea prevé una reunión por videoconferencia este martes, con la participación de sus ministros de Exteriores.