Se fue y está jugando al golf, pero desde su refugio en Florida bordeado de palmeras, Donald Trump también planea su venganza.

Muchos estadounidenses, incluyendo quizás a varias figuras republicanas, que desearon que el exmandatario desapareciera en su lujosa residencia de Mar-a-Lago en Palm Beach se están llevando una decepción.

Al aproximarse el juicio político contra Trump en Washington, el expresidente está dejando bien claro a los senadores republicanos que no olviden que él es una fuerza mayor.

El anuncio el lunes de la apertura de “la Oficina del Expresidente” en su nueva ciudad de residencia fue un claro recordatorio.

“El presidente Trump será por siempre un campeón para el pueblo estadounidense”, aseguró el comunicado.

Condena improbable

Los senadores están considerando el destino de Trump en el primer juicio político contra un expresidente. Y después de la versión del año pasado, es la primera vez que un mandatario es sometido a semejante proceso dos veces en Estados Unidos.

Pero Trump, que obtuvo 74 millones de votos en su derrota ante Joe Biden en las elecciones del 3 de noviembre y supuestamente cuenta con 70 millones de dólares de fondos de campaña, quiere que los senadores republicanos piensen en su propio futuro antes de atreverse a frustrar el suyo.

Se necesita que al menos 17 senadores republicanos se unan a las 50 bancas demócratas en la Cámara alta para que Trump sea condenado. Cada día que pasa, esa posibilidad parece menos probable.

Muchos legisladores republicanos están furiosos con Trump por la forma en que incitó a sus seguidores a marchar hacia el Congreso el 6 de enero para interrumpir la certificación de la victoria electoral de Biden.

Pero también quieren recuperar la mayoría del Senado y la Cámara de Representantes en las elecciones de medio camino de 2022 y la Casa Blanca en los comicios de 2024.

Al menos por el momento, ser pro-Trump es la mejor forma de lograrlo.

Según una encuesta de enero del diario The Washington Post-ABC News, casi seis de cada 10 republicanos e independientes de tendencia republicana creen que el partido debe permanecer bajo el liderazgo de Trump.

Presiones

La principal forma de Trump para ejercer presión es amenazar a los legisladores que no le sean leales con apoyar a sus rivales en las elecciones primarias del partido antes de los comicios intermedios de 2022.

El respaldo de Trump el lunes a la candidatura de su exsecretaria de prensa, Sarah Huckabee Sanders, a la gobernación de Arkansas fue una clara muestra de su fuerza política.

Sanders compite con figuras más destacadas del partido, pero gana la carrera de ser la acólita más leal de Trump, por lo que puede esperar la recompensa.

Para aquellos que no pasaron la prueba de lealtad, les esperan días de nerviosismo.

Durante los cuatro años de su presidencia, Trump aplastó prácticamente toda oposición interna. Y le gustaría vengarse por la avalancha de críticas por sus acciones del 6 de enero.

La lista incluye a los 10 republicanos de la Cámara baja que votaron junto a los demócratas para someterlo a un juicio político, quienes probablemente enfrentarán desafíos en las primarias.

Si los senadores republicanos votan a favor de su condena, serán blanco de una durísima respuesta del exmandatario y de las bases republicanas que creen en su mentira de que le robaron la victoria electoral.

En respuesta a informes acerca de que Trump baraja la posibilidad de fundar un partido separatista de derecha, su asesor Jason Miller dijo a Axios que el expresidente apoya al Partido Republicano, por ahora.

“Depende completamente de los senadores republicanos si esto se transforma en algo más serio”, dijo.

¿Ivanka en escena?

Uno de los republicanos que siente la tensión es el senador por Florida Marco Rubio, quien fustiga al juicio político como “una pérdida de tiempo” y lo califica de “venganza de la izquierda radical”.

¿Pero es eso suficiente?

Rubio no apoyó los intentos de ultimo minuto de Trump para evitar la certificación parlamentaria de la victoria de Biden, lo que potencialmente lo puso en la mira.

Hay muchas especulaciones acerca de que el escaño de Rubio podría ser desafiado en las primarias de 2022 por nada menos que Ivanka Trump, la hija del expresidente y exasesora de la Casa Blanca.

Consultado sobre esta posibilidad por Fox News el domingo, Rubio respondió: “Me gusta Ivanka”.

AFP