La ciudad estadounidense de Filadelfia, sacudida por saqueos y protestas violentas tras la muerte de un afroamericano a manos de la policía, decretó el miércoles un toque de queda.

La decisión fue anunciada por el gobierno municipal luego de que el presidente republicano Donald Trump culpara al alcalde demócrata Jim Kenney por la violencia.

Miles de personas han protestado en las calles de Filadelfia desde el lunes, cuando la policía mató a disparos a Walter Wallace, un hombre negro de 27 años armado con un cuchillo.

La familia de Wallace dijo que éste era bipolar, y que pidieron una ambulancia al llamar al teléfono de emergencias 911, pero quien acudió fue la policía. Preguntan asimismo por qué los agentes no utilizaron una pistola Taser para detener a Wallace, en vez de armas de fuego.

La muerte de Wallace y las protestas en Pensilvania, un estado veleta clave en la elección presidencial del 3 de noviembre, reavivaron las tensiones entre republicanos y demócratas.

“Lo que veo es terrible, y francamente, el alcalde o quienquiera que sea que autoriza a las personas a manifestar y a saquear sin detenerlas es igual de terrible”, dijo Trump en Las Vegas, en medio de una gira electoral.

En 2016, Trump ganó por apenas 40.000 votos la elección en Pensilvania, un estado tradicionalmente demócrata.

“No comento cosas sobre Donald Trump, tenemos bastante para hacer en esta ciudad, no trae nada positivo”, respondió el alcalde Kenney en conferencia de prensa, tras calificar la violencia de “inaceptable”.

El gobernador de Pensilvania, Tom Wolf, anunció el martes el despliegue de tropas de la Guardia Nacional, que según el gobierno municipal comenzarán a llegar a Filadelfia el viernes.

El alcalde dijo que unas mil personas participaron en saqueos y actos de violencia el martes de noche. En el norte de la ciudad hubo varios comercios y cajeros automáticos destrozados.

El martes, el candidato presidencial demócrata Joe Biden y su candidata a vicepresidenta, Kamala Harris, dijeron en un comunicado que tenían “el corazón destrozado” por la muerte de Wallace.

Pero también llamaron a los manifestantes a protestar pacíficamente. “Saquear no es protestar, es un crimen”, afirmaron.

Trump, en tanto, promete a sus seguidores que defenderá “la ley y el orden” si es reelecto.

Filadelfia y muchas otras ciudades estadounidenses registraron masivas protestas contra el racismo y la brutalidad policial tras la muerte a fines de mayo de George Floyd, un hombre negro, en Minneapolis, luego de que un policía blanco se arrodillara durante varios minutos en su cuello.

Arrestos y heridos

Más de 170 personas han sido arrestadas desde el lunes de noche en Filadelfia, según la policía local, que dio cuenta de 53 agentes heridos y de 17 vehículos policiales dañados.

El alcalde Kenney dijo que el toque de queda será extendido si es necesario.

Dos policías mataron a Wallace de varios disparos el lunes en la calle, cerca de su casa en el oeste de Filadelfia, luego de que éste se negara a soltar el cuchillo que llevaba en la mano.

Una filmación realizada con un teléfono y publicada en las redes sociales muestra a Wallace empujando a su madre, que intenta controlarlo, y luego caminando hacia los policías.

“¡Suelta el cuchillo!”, le grita uno de los agentes en el video, antes de abrir fuego.

La jefa de policía de Pensilvania, Danielle Outlaw, abrió una investigación sobre el tiroteo y prometió que ésta será “transparente”. Los dos policías han sido suspendidos.