El lunes, el presidente estadounidense Donald Trump anunció que la Agencia de Inmigración deportará a “millones” de extranjeros que entraron al país de forma irregular y que Guatemala se apresta a firmar un acuerdo de tercer país seguro.

“La próxima semana ICE (la agencia de Inmigración y Control de Aduanas) va a comenzar el proceso de sacar a millones de extranjeros ilegales que encontraron formas ilícitas de entrar a Estados Unidos”, dijo en la noche del lunes en un tuit.

Trump también anunció que “Guatemala se está preparando a firmar un acuerdo de tercer país seguro”, que implica acoger a los demandantes de asilo y evitar que las peticiones se hagan en Estados Unidos.

Este anuncio se produce después de que el Departamento de Estado informara que supeditará la entrega de ayuda para El Salvador, Honduras y Guatemala a que estos gobiernos adopten “acciones concretas” para reducir el número de inmigrantes que llegan a Estados Unidos.

“No vamos a entregar nuevos fondos para programas de estos países hasta que estemos satisfechos con las acciones concretas tomadas por los gobiernos del Triángulo Norte (de Centroamérica) para reducir el número de migrantes ilegales que vienen a la frontera con Estados Unidos”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus.

En marzo, Trump indicó que estos tres países no habían impedido de forma efectiva la llegada de migrantes a Estados Unidos.

Trump ha hecho de la lucha contra la inmigración irregular una pieza angular de su gobierno, embarcándose en una agria pugna con el Congreso para conseguir fondos para construir un muro en la frontera con México con el objetivo de frenar la llegada de estas personas.

Desde octubre del 2018, Trump denuncia como una “invasión” las caravanas de migrantes centroamericanos que buscaban llegar a Estados Unidos para huir de la pobreza y de la violencia.

El mandatario amenazó hace poco a México con imponer aranceles progresivos si no lograba frenar a los migrantes.

Tras unas tensas negociaciones, el gobierno mexicano logró una tregua de 45 días en la que se comprometió a desplegar miles de miembros de la Guardia Nacional en su frontera sur.