Las autoridades jesuitas de Estados Unidos, una congregación que gestiona numerosas instituciones educativas en el país, publicaron este lunes los nombres de decenas de sacerdotes involucrados en “acusaciones creíbles” de pedofilia que datan desde 1950.
La lista de 89 nombres difundida este lunes se suma a la publicada hace unas semanas por otras agrupaciones territoriales de la orden, con lo que la cantidad de sacerdotes involucrados en supuestos abusos sube a 200.
La Compañía de Jesús, la orden a la cual pertenece el papa Francisco, sigue los pasos de numerosas diócesis del país que abrieron sus archivos después de la publicación en agosto de un informe estremecedor sobre los abusos cometidos por religiosos en Pensilvania, en el este del país.
Este lunes dos agrupaciones territoriales de la orden, la del Medio Oeste y la de Maryland, publicaron dos listas de 65 y de 24 nombres de curas acusados de abuso, algunos de los cuales se remontan a varias décadas atrás.
Hace diez días, otras agrupaciones territoriales del centro-sur y del oeste del país habían publicado listas con más de 150 nombres.
Algunos acusados figuran en ambas listas, pues durante su carrera ejercieron en distintas diócesis.
Todos los mencionados en las listas dejaron la orden. Una parte de ellos ya han fallecido y otros han sido condenados por la justicia.
“Hoy la Compañía de Jesús de Maryland publica los nombres de los jesuitas de nuestra provincia y de otros jesuitas que han servido en la provincia, que han sido objeto de acusaciones creíbles de abusos contra menores”, indicó la sede local de la congregación en un comunicado en el que pide perdón por una serie de supuestos casos de abusos iniciados hace casi 70 años.
“Estamos muy apenados por el daño que hemos causado a las víctimas y a sus familias. También pedimos perdón por haber estado involucrados en el daño que estos abusos han provocado a la Iglesia”, dijo la organización en un comunicado.
Listas incompletas
La congregación afirmó que el último caso data de 2002 y señaló que a menudo recibió las denuncias muchos años después de que tuvieran lugar los hechos y que eso permitió que los sacerdotes siguieran en funciones.
“Consideramos que la divulgación hoy de nuestra vergonzosa historia forma parte de nuestro compromiso actual para prevenir el abuso”, indicó la delegación de la provincia de Maryland, que es una división administrativa que data de antes de la actual configuración territorial de Estados Unidos.
La asociación de víctimas Red de Supervivientes de Abusos de Sacerdotes (SNAP) criticó que la orden sólo publicara los nombres tras la presión de la opinión pública y de la justicia.
“Con demasiada frecuencia, las listas que son publicadas son incompletas o están muy controladas por las autoridades de la Iglesia, por lo que si se invita a una investigación independiente, los jesuitas estarían demostrando a los feligreses y a la opinión pública su compromiso con la transparencia y la reparación”, dijo la asociación en un comunicado.
Para esta asociación, una investigación de este tipo es la única forma de determinar, “cuándo lo supieron y qué decidieron hacer con esta información”.
En los últimos años, la Iglesia Católica ha enfrentado una serie de escándalos de acusaciones de abusos contra menores, a las que se suman las denuncias de que estos hechos fueron encubiertos.
En agosto, la Fiscalía de Pensilvania publicó un devastador informe que reveló abusos sexuales especialmente sórdidos llevados a cabo durante décadas por más de 300 curas que afectaron a más de 1.000 menores durante siete décadas.