Cuando el pasado 9 de septiembre Zach Kincaid hablaba con su esposa, nunca imaginó lo que literalmente venía.
Con ocho meses de embarazo, ella conducía en Hemet, California, a eso de las 20:30 horas, mientras regresaba de su trabajo. Planeaba retirarse en 4 días por maternidad. Precisamente discutía esos detalles con su marido, quien estaba fuera de la ciudad por temas laborales.
De pronto, un fuerte estruendo sacudió la vida de ambos. Con la llamada aún en curso, Zach podía escuchar el ruido del auto chocando en la carretera. “Estábamos hablando y luego la escuché gritar”, recordó. “Ese grito solo duró unos dos segundos, pero se repite en mi mente muy, muy lentamente”. Hubo un temblor casi como de desesperación o muerte inminente, y luego escuché el estruendo más fuerte. Sonaba como si el automóvil estuviera dando vueltas después de eso, pero no lo hizo”.
La historia fue revelada en detalle al periódico británico Daily Mail TV. Zach Kincaid, relató como después de escucharlo todo, sufrió un silencio desgarrador, sin saber lo que pasaba, pero imaginando lo peor. Luego, escuchaba gente corriendo hacia el auto, tratando de abrir la puerta para salvar a su esposa. Tomaron el teléfono al darse cuenta de la llamada activa. Le dijeron que ella tenía las piernas atrapadas y que había fuego en el automóvil.
“Estaba gritando desde el piso ‘¡Ella está embarazada, está embarazada!, ¿está bien el bebé?"”. Era lo que recuerda Kincaid que decía, con la desesperación tumbándolo en segundos.
Pudo escuchar como los bomberos llegaron y retiraron los restos del auto para sacar a su esposa. Uno de ellos le dijo que tanto ella como la bebé aún tenían pulso y eso lo llenó de esperanza.
Kincaid no pudo volar de inmediato a California para reunirse con ellas, pero horas después, cuando pudo hacerlo, recibió la llamada de un médico, informándole que la bebé había muerto. “El médico estaba llorando conmigo por teléfono, diciéndome lo perfecta que era y cómo no tenía ningún daño, que estaba completamente desarrollada”.
Se trataba de una bebé completamente formada, con su cabeza cubierta de pelo, con “mejillas y muslos gorditos”, según la describieron los médicos que la asistieron. “Era bella y perfecta. Y luego me dijeron que solo tenía cuatro horas para llegar allí y abrazarla antes de que el juez de instrucción se la llevara”. Zach Kincaid, no llegó a tiempo para verla.
Su esposa en tanto se debatía entre la vida y la muerte. Al cabo de unas horas, fallas neurológicas la llevaron a perder la batalla. Su corazón también se dio por vencido luego de cuatro días de luchar. Un esposo y padre quedaba destrozado, junto a tres hijos más de la pareja.
El culpable del accidente hasta lo transmitió por Facebook Live
Lo único que Zach Kincaid sabía al inicio del accidente que le arrebató la vida a su mujer e hija, es que un auto las impactó a por lo menos 136 kilómetros por hora. Poco después llegaron perturbadores detalles que lo remecieron aún más. El culpable es un sujeto de origen cubano, identificado como Marcos Forestal de 28 años, quien manejaba en estado de ebriedad.
No fue todo. Semanas después de tener que lidiar con la pérdida, el cuñado de Zach le envió un video del causante de la tragedia. Sorprendentemente Forestal había transmitido el accidente por Facebook Live y en este puede vérsele en estado de ebriedad.
“Tuve un accidente. Chicos, vean lo que me pasó: Hombre, un coche cruzó delante de mí”, decía el conocido boxeador profesional, quien no entendía para ese entonces el daño que había ocasionado. Un policía se acercó a hablarle, preguntándole si estaba bien. A él no le ocurrió nada. Krystil y su bebé se habían llevado la peor parte.
Zach quedó en shock: “Lo estaba viendo intentar culpar a mi esposa y no asumir la responsabilidad. Y en el fondo vi el auto de mi esposa en llamas. “Simplemente no podía creerlo. Ni siquiera tenía suficiente humanidad para ir allí y tratar de abrir la puerta”.
Lo peor para la familia de las víctimas fue que Forestal solo fue acusado de un homicidio y de conducir bajo los efectos del alcohol. El asesinato de su hija quedará en la impunidad porque la justicia estadounidense así lo determinó.
“Básicamente, están enviando un mensaje a mis hijos y a mí de que mi esposa es simplemente desechable, y que mi hija era solo un grupo de células”, agregó.
La foto que motivó a Zach a publicar a su esposa y su bebé en el ataúd
Después de enterarse de los cargos que enfrentaría el sujeto que la dejó sin esposa, sin su bebé y a 3 pequeños sin su madre, la devastación no ha abandonado a su familia. Lo anterior lo confirmó a finales de septiembre, cuando revisaba las fotos del funeral y descubrió a una de sus pequeñas hijas, acercándose por última vez antes de cerrar el ataud, para ver a su madre y a su hermanita.
Fue entonces cuando decidió publicar las imágenes en su cuenta de Facebook. Y fue una pesadilla que Kincaid decidió compartir con el mundo, publicando las fotos en redes sociales en la esperanza de salvar a otra familia de su dolor. “Puse esas fotos para que todos puedan ver la pesadilla que estoy viviendo y que mis hijos vivirán todos los días, por el resto de nuestras vidas. Lo estoy usando como una herramienta para proteger a todos los demás. De eso se trata. No se trata de que yo me vengue. Se trata de hacer lo correcto. Se trata de asegurarse de que mi esposa no muriera por nada. Que mi hija no murió por nada. Esta es mi manera de honrarlos. Esta es mi manera de salvar a otros”, justificó.
En una de las fotografías se le puede ver sosteniendo el cuerpo sin vida de la bebé de 8 meses de gestación. Una de las hijas mayores de Zach también decidió hacerlo, como homenaje a su pequeña hermana no nacida.
Las imágenes son desgarradoras y retratan el dolor de una familia que pide justicia de una forma particular y poco acostumbrada. Cuando un ser querido muere, por lo general los dolientes guardan las imágenes en su memoria al momento de la despedida. Los Kincaid han decido ir más allá.
Pero no es la única forma de hacer conciencia y buscar endurecer las leyes en Estados Unidos en contra de los ebrios al volante, dejando luto en las familias. Kincaid ha comenzado una petición de Change.org, con la esperanza de que la comunidad pueda ayudar a imponer castigos más severos para los que conduzcan ebrios.
“Tiene que haber un elemento de disuasión”, dijo. “Estas personas se bajan con una palmada en la muñeca y la libertad condicional. Tenemos que hacerlo para que las personas no quieran arriesgarse a emborracharse al subir a un auto”.
En tanto, su historia le ha dado la vuelta al mundo, contada de forma diferente, auxiliada con las fotografías que están quedando en la memoria de propios y extraños a esta tragedia.
