El español Pablo Ibar, que pasó 16 años en el corredor de la muerte por un triple asesinato en 1994, acudió a un tribunal en Florida este viernes para pedir su libertad bajo fianza mientras se realiza un nuevo juicio.

De semblante tranquilo, sin esposas y en ocasiones sonriente, Ibar pidió a un juez de Fort Lauderdale, 43 km al norte de Miami, que lo deje en libertad condicional luego de que en febrero el Tribunal Supremo de Justicia de Florida revocara su pena de muerte.

El juez, Raag Singhal, del condado de Broward decidirá el 14 de julio si concede esta petición y bajo qué términos.

La evidencia que envió inicialmente a prisión a Ibar, ahora de 44 años, “es débil” y “escasa”, argumentó el abogado Benjamin Waxman, al pedir al juez Singhal que deje salir a su cliente mientras se procesa de nuevo el caso.

“La única cosa que la corte debe decidir hoy, son las condiciones de la fianza a la que el señor Ibar tiene derecho”, añadió el abogado, solicitando que su defendido sea tratado como si hubiese sido arrestado hace un par de días y que se respete la presunción de su inocencia.

No obstante, el juez pidió tiempo para revisar el material contenido en varias cajas presentadas por la fiscalía este viernes, y por ello pospuso la audiencia hasta el 14 de este mes.

El abogado Waxman comentó a la AFP que se sentía “extremadamente frustrado” por la actuación de la fiscalía, puesto que bien se podía haber entregado este material con anterioridad para su revisión.

Según él, además, entre todo este abundante material no había nueva evidencia y su presentación en sala era un mero pretexto para ganar tiempo.

Pero el juez tiene la obligación de revisar todo lo que sea presentado en la sala, explicó a periodistas Fred Haddad, del equipo de la defensa. “Si no lo hace, la corte de apelaciones lo va a rechazar”.

Una veintena de familiares y amigos de Ibar estaban presentes en la corte, incluidos su padre, Cándido Ibar, su madrastra, sus hermanos, y su esposa, Tania. La suegra del prisionero, Alvin Quiñones, dijo a periodistas en los corredores del tribunal: “No importa lo que pase (en esta audiencia), estamos positivos”.

Prueba dudosa

De los 22 años que Pablo Ibar ha pasado en prisión, 16 fueron en el corredor de la muerte en espera de su ejecución. Durante todo este tiempo, el español ha mantenido su inocencia.

Finalmente, en febrero de este año, la máxima instancia judicial de Florida decidió que hubo “numerosas deficiencias y fallas” por parte de la defensa en el juicio en el que Ibar fue condenado, y ordenó un nuevo juicio, cuya fecha aún no se define.

El caso ha sido seguido de cerca en España y es emblema de los detractores de la pena de muerte.

Ibar fue sentenciado a muerte en el año 2000 por los asesinatos en 1994 del dueño de un club nocturno y dos modelos que estaban con éste en su casa en Miramar, Florida, durante un robo.

La prueba clave de los acusadores fue un video en blanco y negro de mala calidad, tomado por cámaras de seguridad en la residencia de Casimir Sucharski, el dueño del club Casey’s Nickelodeon.

En el video, la persona señalada como Ibar dispara en la cabeza al hombre y a las dos mujeres, mientras un cómplice, vestido con gafas de sol y una gorra, le da luego un tiro en la espalda a dos de las víctimas.

Seth Peñalver fue señalado como el cómplice, pero resultó absuelto en un nuevo juicio en 2012 por falta de pruebas.

La Corte Suprema de Florida criticó al revocar la pena capital a Ibar, que el abogado defensor de entonces no solicitara el testimonio de un experto en identificación facial que demostrara que “la calidad de las imágenes era tan deficiente que eran inadecuadas para una identificación confiable”.