Aunque institucionalmente no se ha hablado del encuentro, el propio Putin lo adelantó. Se trata de la primera salida del líder chino desde febrero de 2020, justo antes que la covid-19 se desatara, y un nuevo encuentro entre ambas figuras, precisamente antes que Rusia invadiera Ucrania, agresión que China acepta.

El presidente chino, Xi Jinping, sale este miércoles de su país por primera vez desde 2020 para asistir a una reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Uzbekistán, donde se prevé que se reúna con su par ruso, Vladímir Putin, a quien no ve en persona desde antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania.

Será un viaje que se prolongará hasta el viernes y, aparte de participar en la reunión de la OCS, el mandatario chino viajará también a Kazajistán por invitación de su homólogo Kassym-Jomart Tokayev.

Aunque el Ministerio de Exteriores no confirmó una reunión entre los dos mandatarios, el presidente ruso avanzó la semana pasada que planea verse con Xi en el marco de la reunión de la OCS, de la que son miembros China, Rusia, India, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán.

En su último encuentro en persona, a comienzos de febrero en Pekín, ambos líderes proclamaron la “amistad sin límites” entre sus naciones, poco después de lo cual Rusia atacó a Ucrania.

Desde el estallido del conflicto, China ha mantenido una postura ambigua y ha pedido respeto para “la integridad territorial de todos los países”, incluido Ucrania, y atención para las “legítimas preocupaciones de todos los países”, en referencia a Rusia.

Pekín ha declarado repetidamente su oposición a las sanciones contra Moscú por “no tener base en el derecho internacional” y “no solucionar los problemas”.

La reunión se produciría cuando las relaciones de China con los países occidentales también se encuentran en un mal momento.

Eso a raíz de las tensiones en el Estrecho de Taiwán tras la visita a la isla en agosto de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, tras la cual Pekín realizó maniobras militares alrededor de la isla, algo que Taipéi definió como “un bloqueo”.

Primer viaje desde 2020

Xi viajó por última vez al extranjero el 17 de enero de 2020 para entrevistarse en Myanmar con la entonces Consejera de Estado del país, Aung San Suu Kyi, ahora en prisión tras el golpe de Estado orquestado por los militares.

Desde entonces y debido al estallido de la pandemia de covid-19, el presidente chino ha mantenido la gran mayoría de sus reuniones con sus homólogos extranjeros y con organismos internacionales por videoconferencia desde Pekín.

Salvo algunas excepciones ocurridas este año como la del presidente indonesio, Joko Widodo, y otras durante los pasados Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en febrero, el país no ha invitado a mandatarios foráneos.

Esta situación contrasta con los frecuentes viajes al extranjero realizados por Xi desde su ascenso al poder en 2013, año en el que efectuó su primer viaje fuera de China para entrevistarse precisamente con Vladímir Putin.

La política de cero covid, impuesta poco después del regreso de Xi a China en 2020 y todavía vigente, consiste en el aislamiento de todos los infectados y sus contactos en hospitales o instalaciones destinadas a tal efecto, un control estricto en las fronteras y campañas masivas de pruebas PCR, limitaciones a la movilidad y confinamientos selectivos o totales donde hay casos.

Algunos comentaristas han definido el viaje de Xi como un síntoma de una posible relajación de dicha política en un futuro cercano, aunque las autoridades sanitarias reiteraron recientemente que el “cero covid” es la estrategia “más científica y económica” para el país asiático porque “detecta rápidamente nuevos contagios y contiene la propagación al menor costo”.

De hecho la táctica, que ha limitado los fallecimientos por covid-19 en China a menos de 6 mil según las cifras oficiales, cuenta con el apoyo explícito de Xi, que ya avisó que las medidas tomadas resistirán “la prueba del tiempo” y exhortó al país a luchar contra cualquier intento de “distorsionar o cuestionar” esta política.

Xi y un tercer mandato

El viaje de Xi se produce un mes antes que comience en Pekín el XX Congreso del Partido Comunista chino (PCCh).

Es el cónclave político más importante del país y en el cual el mandatario aspira a un tercer mandato, inédito entre sus predecesores más inmediatos.

En el Congreso de 2017, Xi logró incluir su “pensamiento político” en la Constitución del Partido, antesala de otra enmienda constitucional aprobada al año siguiente que eliminó los límites impuestos a los mandatos presidenciales.

En la cita política, celebrada cada cinco años, también se analizarán las coyunturas internacional, local, y se formularán “planes de acción y políticas maestras”.

El PCCh, al frente de China desde 1949, conmemoró en 2021 el centenario de su fundación y se prevé que en el congreso de octubre el actual gobernante cimente su ya enorme poder, que algunos empiezan a comparar al que acumuló Mao Zedong.