El sospechoso del magnicidio del exprimer ministro japonés Shinzo Abe tenía recelos contra una secta religiosa a la que, dice, su víctima apoyaba.

Tetsuya Yamagami efectuó su atentado como venganza por el apoyo del influyente político a la llamada Iglesia de la Unificación y a la que su madre donaba dinero.

El agresor, de 41 años y extrabajador de las Fuerzas de Autodefensa de Japón (Ejército), confesó que decidió matar a Abe tras haber contemplado en un primer momento atacar a algún líder de la organización religiosa a la que pertenecía su madre.

En una rueda de prensa este lunes 11 de julio, dicha organización confirmó que la madre de Yamagami asistía mensualmente a la congregación pero declinó hacer referencia a las supuestas donaciones que al parecer causaron problemas económicos a la familia y estarían entre sus motivos para el ataque-, ya que se encuentran bajo investigación policial.

El grupo religioso fue fundado en Corea a mediados del siglo pasado por Sun Myung Moon, quien falleció en 2012. En ese entonces la secta reivindicó tres millones de seguidores, que lo proclamaron como el Padre Verdadero.

Durante décadas la secta fue famosa por organizar matrimonios en masa, con miles de parejas uniéndose en gigantescos estadios deportivos.

Un mensaje de video

También conocida como la Secta ‘Moon’, la organización tiene vínculos con líderes mundiales de ideología conservadora y Abe habría enviado un mensaje de video de apoyo a alguna de sus reuniones.

“Abe mostró su apoyo a nuestro movimiento mundial por la paz. Sin embargo, nunca se registró como miembro de nuestra iglesia, ni como asesor. Estamos un poco desconcertados porque existe una gran distancia entre tener rencor contra nosotros y matar al señor Abe. No podemos comprender los motivos del sospechoso, por lo que cooperaremos plenamente con la policía para desentrañarlo”, afirmó en rueda de prensa Tomihiro Tanaka, presidente de la rama japonesa de la Iglesia Moon.

El responsable de la organización dijo asimismo que el sospechoso “parecía estar confundido” sobre la implicación de Abe en la iglesia.

También negó que el abuelo de Abe, Nobuo Kishi, quien fue encarcelado durante tres años como criminal de guerra tras la II Guerra Mundial y luego exculpado y elegido primer ministro, tuviera ninguna “relación especial” con la expansión a Japón de la Iglesia de la Unificación a finales de la década de 1950.

Las autoridades japonesas habían anunciado poco después de detener a Yamagami que el sospechoso tenía recelos contra un grupo religioso vinculado a Abe, pero retuvo el nombre al parecer para no afectar las elecciones a la Cámara Alta del fin de semana.

Japón es un país budista, sintoísta, pero aloja miles de sectas y nuevas religiones en las que se incluyen credos importados.

En dicho país, la organización cuenta con 284 parroquias, según su web oficial.