El presidente de Azerbaiyán aseguró el domingo que las fuerzas de su país habían recuperado la estratégica ciudad de Shusha en Nagorno Karabaj, región separatista apoyada por Armenia, que insistió en cambio en que la lucha por esta localidad clave continuaba.

La toma de Shusha supondría una importante victoria azerbaiyana, seis semanas después de que estallaran los combates en Nagorno Karabaj, un enclave poblado mayoritariamente por armenios que se separó de Azerbaiyán en la década de 1990 provocando una guerra que causó 30.00 muertos.

La estratégica ciudad está situada sobre acantilados a unos 15 kilómetros de Stepanakert, la principal ciudad de Nagorno Karabaj, y en la carretera principal que lleva al territorio de Armenia, país aliado de los separatistas en este enclave.

Ambas partes han reportado violentos combates alrededor de la ciudad en los últimos días, después de que las fuerzas azerbaiyanas avanzaran a través del flanco sur de Nagorno Karabaj y atravesaran sus montañas.

En una intervención televisada el domingo, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, anunció que la ciudad había sido recuperada.

“Con gran orgullo y alegría, informo que la ciudad de Shusha ha sido liberada”, dijo Aliyev, vestido con uniforme militar y de pie frente a una bandera azerbaiyana.

Este 8 de noviembre “entrará en la historia del pueblo de Azerbaiyán” pues es el día en que “hemos regresado a Shusha”, agregó el mandatario.

“Nuestra marcha de liberación continúa. Iremos hasta el final, hasta la liberación total de los territorios ocupados”, insistió Aliyev.

En Bakú, la capital azerbaiyana, los habitantes salieron a la calle ondeando banderas nacionales para celebrar este anuncio.

‘La ciudad fortaleza resiste’

Fuentes armenias afirmaron que hubo intensos enfrentamientos en la ciudad de Shusha y que la batalla estaba lejos de haber terminado.

“Los combates continúan en Shusha, esperen y crean en nuestro ejercito” afirmó en Twitter un responsable del ministerio armenio de Defensa, Artsrun Hovhannisyan.

La portavoz del ministerio armenio, Shushan Stepanyan, declaró que se habían producido “los combates más feroces” por la noche en la ciudad, mientras el gobierno declaró que recuperar Shusha era una “quimera inalcanzable para Azerbaiyán”.

“A pesar de las fuertes destrucciones, la ciudad fortaleza resiste los golpes del enemigo”, afirmó.

Los nuevos combates entre Azerbaiyán y los separatistas armenios estallaron a finales de septiembre por el control de Nagorno Karabaj, que declaró su independencia hace casi 30 años.

Esta declaración no ha sido reconocida internacionalmente, ni siquiera por Armenia, y el enclave sigue siendo parte de Azerbaiyán según el derecho internacional.

Los recientes combates son los peores en décadas, con más de 1.000 muertos confirmados, incluidos decenas de civiles. Aunque este balance podría ser mucho mayor.

Hasta ahora fracasaron tres intentos de treguas humanitarias, negociadas con la mediación de Rusia, Francia y Estados Unidos.

Los tres países copresiden el Grupo de Minsk, principal mediador del conflicto, que ayudó a negociar una tregua entre las dos exrepúblicas soviéticas rivales en 1994, aunque no lograron encontrar una solución duradera al conflicto, congelado durante mucho tiempo.

Armenia y Azerbaiyán se acusan mutuamente de atacar zonas civiles durante los nuevos enfrentamientos. La ONU advirtió esta semana de posibles “crímenes de guerra” en Nagorno Karabaj, debido a ataques indiscriminados contra la población civil.

El conflicto suscita los temores de una intervención tanto de Rusia, que forma una alianza militar con Armenia, como de Turquía, aliado de Azerbaiyán.