El ejército birmano pudo haber hecho uso de “fuerza desproporcionada” contra la minoría musulmana rohinyá, pero jamás con una “intención genocida”, declaró este miércoles la otrora icono de la democracia Aung San Suu Kyi ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

La líder birmana demostró firmeza y determinación ante la CIJ, donde defiende personalmente los intereses de su país, de mayoría budista, cuestionado por las matanzas y persecuciones contra la minoría musulmana de los rohinyás

Desde agosto de 2017, unos 740.000 rohinyás se refugiaron en Bangladés para huir de los abusos del ejército birmano y de las milicias budistas, calificados de “genocidio” por investigadores de la ONU.

Gambia, en nombre de los 57 Estados miembros de la Organización de la Cooperación Islámica, inició una acción judicial contra el país del sureste asiático considerando que había violado la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, un tratado del derecho internacional aprobado en 1948.

Desde el martes, primer día de la audiencia, Aung San Suu Kyi se enfrentó a los llamamientos de Gambia, en nombre del mundo musulmán, para que Birmania “cese el genocidio” contra la minoría rohinyá.

“Lamentablemente, Gambia presentó a la Corte una fotografía incompleta y engañosa de la situación en el Estado de Rakáin”
, aseguró la premio Nobel de la paz 1991.

La imagen de Suu Kyi, de 74 años, que en un pasado no tan lejano era mencionada junto a grandes nombres como Nelson Mandela o Mahatma Gandhi, se ha visto empañada desde que tomó posición del lado de los generales del ejército birmano.

“Les ruego que consideren esta compleja situación y el desafío lanzado a la soberanía y a la seguridad en nuestro país
, cuando evalúen la intención de quienes intentaron enfrentarse a la rebelión” abogó este miércoles Suu Kyi ante la CIJ, más alta jurisdicción de la ONU.