Se considera un canibal, en toda la extensión de la palabra. Su crímen ahora es elevado a una producción audiovisual, estremecedora, increíble y hasta aterradora por la forma en que Issei Sagawa, relata los hechos ocurridos en 1981.
El escenario fue Holanda, cuando Sagawa estudiaba literatura e invitó a Renée Hartevel a su departamento. Ahí, la intentó besar pero al generar rechazo en la joven, se apartó y le dijo que iba por una botella de vino. No era cierto. Regresó con un arma calibre 22 y le disparó por la espalda cuando esta intentó escapar. Minutos después de causar la muerte a su compañera, ultrajó su cuerpo y no conforme, la desmembró para luego comer parte de sus restos.
El escalofriante suceso, es relatado por el mismo japones en el documental que forma parte de una muestra de cine europeo. Su situación en la actualidad es muy diferente. Ahora permanece en una silla de ruedas y es cuidado por su hermano, pero en la década de los ochentas, cuando cometió el horrendo crimen, planificó el asesinato y todo lo que vino después.
La ocurrido con la desafortunada joven, salió a la luz recientemente, con el estreno del documental. Fue publicado en la plataforma Youtube a finales de septiembre pasado y desde entonces, ganó notoriedad a nivel mundial, por la forma tan fría con la que el asiático relata los hechos.
“El canibalismo es real”, le dice a los creadores del video, bajo la producción de Norte Distribution, cuyo inicio está marcado con las imágenes de un niño jugando. Era el mismo que décadas después protagonizaría uno de los crímenes más atroces.
“No puedo explicarlo”, dice Sagawa. “Es mi fantasía”, prosigue. En otra de las escenas editas, muestra un comic de su autoría. En este había dibujado a su víctima, Renée, con un cuerpo voluptuoso. También se retrató a sí mismo, diciendo “Comamos a Renée”. “La gente debe pensar que estoy desquiciado”, reconoce ante una incrédula producción. “La carne se deshacía en mi boca, como un sushi. Desde hacía tiempo tenía ganas de comérmela. Quería tenerla dentro de mi para siempre”.
Una vida de impunidad y fama
La forma en la que Sagawa fue descubierto no tiene nada de pericia fantástica o una investigación extensa. Cuando comió parte de los restos de su víctima, lo que quedó del cuerpo lo introdujo a dos bolsos y tomó un taxi. Se dirigió a un afluente donde depositó el contenido a la vista de todos, sin importarle nada.
El taxista que lo llevó al lugar llamó a la policía y el entonces estudiante fue capturado, enjuiciado y condenado a dos años de prisión. Después, fue enviado a un hospital psiquiátrico, pero increiblemente fue liberado al cabo de tres años.
Lo más sorprendente no quedó en su repentina libertad, sino, que fue buscado para protagonizar comerciales y hasta películas porno. Su fama se catapultó, pese a cometer un crimen dantesco, logrando que los medios de comunicación lo mantuvieran vigente. Incluso en el presente, el ciclo se repite. El sujeto sigue obteniendo atención, tras el estreno del documental que habla de cómo cegó la vida de una joven mujer.
Otras publicaciones aseguran que el japonés fue la inspiración para que The Rolling Stones escribieran la canción ‘Too Much Blood’, según el sitio History. Las fotos del asiático son exhibidas, cual celebridad en voga.
Su vida sigue siendo un ir y venir de comodidades con las regalías de los libros contando su historia, que le permiten vivir plenamente Tokio.
En un lenguaje casi poético, el hombre aseguró que quería “suprimir sus sentimientos y encerrarlos”, pero su expresión sigue siendo la de un hombre viviendo en la normalidad, pero demostrándole al mundo que existen casos extremos que no importa cuánto tiempo pase, seguirán sorprendiendo a la humanidad.
