El gobierno peruano declaró el estado de emergencia en el norte del país, desplegando a las Fuerzas Armadas para fortalecer las labores de seguridad en la frontera con Ecuador.

La ola de terror sin precedentes registrada en Ecuador llevó al gobierno peruano de Dina Boluarte a decretar el estado de emergencia en el norte del país.

Tal como detalla Agencia EFE, el despliegue fue confirmado por el presidente del Consejo de Ministros del Perú, Alberto Otárola, tras una reunión urgente la noche del martes con diversos miembros del gabinete.

Junto con indicar que la mandataria peruana hizo “un llamado a la calma, a la tranquilidad” a los habitantes de Pura y Tumbes, en las cercanías de la frontera con Ecuador, Otárola anunció el “viaje inmediato de los ministros de Defensa (Jorge Chávez) e Interior (Víctor Torres) a Tumbes para que en el terreno coordinen acciones de resguardo”.

Específicamente, las Fuerzas Armadas ayudarán a fortalecer las tareas de vigilancia de la Policía Nacional (PNP) en el norte. Cabe señalar que Ecuador y Perú comparten más de 1.500 kilómetros de frontera.

En tanto, desde el Interior consignaron a través de las redes sociales que 50 efectivos de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) se suman a los 400 policías que reforzarán la seguridad en la frontera con #Ecuador.

Anteriormente, desde la Cancillería peruana condenaron “enérgicamente los actos de violencia ocurridos hoy (martes) en el Ecuador, que vulneran los derechos fundamentales de los ecuatorianos y atentan contra la seguridad de ese hermano país”.

“El Gobierno del Perú expresa su respaldo al Gobierno del señor presidente Daniel Noboa y a la institucionalidad y estabilidad democráticas en el Ecuador, deseando un pronto restablecimiento de la paz y seguridad en dicho país”, detalló el comunicado.

Ecuador está sumido en una grave crisis de seguridad producto de los hechos reportados en las últimas horas, en donde incluso un grupo de criminales se tomó las dependencias de un canal televisivo mientras éste transmitía al aire.

Al menos una decena de personas, entre ellas dos policías, murieron hasta ahora en la ola de violencia desatada por agrupaciones delictivas, en un país en el que comenzó a regir el estado de excepción.