El presidente Boric es el único latinoamericano que ha condenado el caso de los 317 nicaragüenses despojados de su nacionalidad. Colombia y México han reaccionado con cautela, en tanto Brasil y Argentina han guardado silencio, al igual que el resto de los países centroamericanos.

Los escritores nicaragüenses Sergio Ramírez y Gioconda Belli agradecieron este domingo al presidente Gabriel Boric por “no callar sobre Nicaragua”, donde el gobierno de Daniel Ortega ha privado de la nacionalidad a 317 opositores y críticos, incluidos los famosos intelectuales.

“Muchas gracias presidente @GabrielBoric por encarnar la dignidad y la entereza al no callar sobre Nicaragua. Un abrazo”, escribió en Twitter Ramírez, Premio Cervantes 2007 y exiliado en España.

En un mensaje en esa misma red social, Boric envió un abrazo fraterno a Ramírez, a Belli, al periodista Carlos Fernando Chamorro, a la feminista Sofía Montenegro “y a todos quienes Ortega ha pretendido despojarlos de su nacionalidad nicaragüense”.

“No sabe el dictador-en alusión a Ortega- que la patria se lleva en el corazón y en los actos, y no se priva por decreto”, añadió el Mandatario.

Por su lado, Belli, autora de la novela “El país de las mujeres”, ganadora del Premio Latinoamericano de Literatura La Otra Orilla 2010 y también exiliada en España, elogió a Boric, el único presidente latinoamericano que ha condenado a Ortega por declarar apátridas a 317 nicaragüenses.

“Gracias por ser consecuente y por apoyar un estado de Derecho y la demanda democrática en Nicaragua y Latinoamérica”, tuiteó la galardonada con el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral 2008.

Colombia y México han reaccionado con cautela, en tanto Brasil y Argentina han guardado silencio, al igual que el resto de los países centroamericanos.

Belli rompió su pasaporte frente a las cámaras

Nicaragua retiró la nacionalidad el miércoles pasado a 94 ciudadanos -con lo que sube a 317 la cifra de apátridas en los últimos días- por sus críticas hacia Ortega, quien además ordenó el destierro de 222 exprisioneros políticos, que fueron excarcelados y enviados en un avión a Estados Unidos.

Los 94 nicaragüenses -defensores de derechos humanos, sacerdotes, ambientalistas, disidentes sandinistas, estudiantes, empresarios y comerciantes, entre otros- han sido también despojados del derecho a la propiedad, acusados de delitos contra el Gobierno y declarados prófugos de la Justicia.

Entre quienes fueron despojados de la nacionalidad nicaragüense figura el obispo Rolando Álvarez, quien el 9 de febrero se negó a ser desterrado a Estados Unidos junto con las otras 222 personas y al día siguiente fue condenado a 26 años y 4 meses de cárcel por “conspiración”.