El éxodo significa para el país una gran tragedia cuyos impactos negativos se extenderán hacia el futuro. Una columna de Ramón Cardozo.

En estas dos últimas décadas, Venezuela ha envejecido prematuramente debido a la increíblemente grande cantidad de jóvenes venezolanos que se van del país.

El país ha perdido, quizás de manera definitiva, un alto porcentaje de gente joven, muchos de ellos profesionales y trabajadores capacitados, que representaban una ventana de oportunidad para impulsar su futuro desarrollo.

Actualmente, existen 7,1 millones de venezolanos migrantes y refugiados en el mundo.

De esta cifra, 5,96 millones (84,9%) se encuentran distribuidos en 17 países de América Latina. Esto, sobre todo en Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Brasil, según los datos de la Plataforma RV4.

Este descomunal flujo migratorio de venezolanos se ha producido en tres olas sucesivas a lo largo de estas primeras décadas del siglo XXI.

La primera de estas olas tuvo lugar durante los años iniciales del primer Gobierno de Hugo Chávez.

Esta primera oleada estuvo motivada por la incertidumbre que ocasionó la implantación en el país del socialismo revolucionario del siglo XXI.

También influyó en esta primera ola el despido en el año 2003 del 47% (17.871 trabajadores) de la nómina de la petrolera estatal venezolana PDVSA.

La segunda ola estuvo vinculada a la reelección presidencial de Chávez en el año 2006 y la desesperanza respecto a lograr un cambio de régimen en Venezuela.

Estas dos primeras olas estuvieron conformadas por profesionales y empresarios, que poseían condiciones económicas favorables.

Se sumaron altos niveles educativos, conexiones y altas posibilidades de insertarse en los países de destino escogidos.

Emergencia humanitaria

La última oleada migratoria se inició a consecuencia de la emergencia humanitaria compleja que comenzó a sufrir Venezuela a partir del año 2015.

Esta crisis ha provocado hasta el momento la “migración forzada” de más de cinco millones de venezolanos, quienes se han dirigido fundamentalmente hacia los países de Latinoamérica y el Caribe.

A diferencia de las anteriores olas, el perfil del migrante de esta tercera ola atraviesa todo el espectro social y territorial de Venezuela.

Es por esto que un alto porcentaje de ellos, que puede superar al 50%, posee una condición muy vulnerable.

Esto, de acuerdo con los resultados de las ultimas “Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI)”, de la Universidad Católica Andrés Bello.

En buena medida, esta condición de vulnerabilidad le ha dificultado a este grupo de venezolanos migrantes su desplazamiento, ingreso e inserción en los países escogidos como destino.

Venezolanos con dificultades de inserción

La recepción y manejo de estos grandes flujos de población migrante vulnerable ha constituido todo un reto para los países de América Latina y del Caribe.

Esto, en especial a partir del año 2020, cuando sus economías fueron golpeadas por la pandemia.

Esta situación se agravó aún más en el 2022 por la inflación desenfrenada que se produjo en Latinoamérica a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania.

Dentro de este contexto, y de acuerdo con el informe Refugee And Migrant Needs 2022, “los costos de vida, incluidos los alimentos, la energía, los alquileres y los medicamentos”.

“Se dispararon en toda la región, lo que afectó profundamente no solo a los refugiados y migrantes vulnerables, sino también a las comunidades de acogida”, agregan.

Xenofobia y discriminación contra venezolanos

Este informe refleja que el 60,5% de los venezolanos refugiados y migrantes en América Latina tienen dificultades para acceder a alimentación, vivienda y empleo formal.

Por ejemplo el 76% de los venezolanos en Perú, el 46% en Costa Rica y el 73% en Panamá carecen de los recursos para continuar pagando su alquiler.

En cuanto al empleo, el 34% de los venezolanos migrantes en Ecuador, el 64% en Guyana, el 35% en Panamá, el 40% en Uruguay, el 29% en Bolivia, el 27% Paraguay y el 25% en Argentina reportan estar desempleados.

Con respecto a la nutrición de los niños migrantes menores de cinco años, se encontró que el 13,4% en Brasil, el 4,4% en Perú y el 3% en Ecuador, República Dominicana y Colombia presentaban desnutrición aguda.

No hay condiciones para un retorno masivo

A pesar de las dificultades, algunos índices macroeconómicos en Venezuela han mostrado una leve recuperación respecto al 2021.

Se trata de una situación que Nicolás Maduro aprovechó a través de una intensa campaña mediática insistiendo que “Venezuela se está arreglando”.

Lo cierto es que, hasta los momentos, la conjunción de estos factores no ha logrado detener la salida de venezolanos del país. Tampoco han logrado estimular de manera significativa el retorno de los migrantes a Venezuela.