El presidente de Argentina, Alberto Fernández, se reincorporó a las reuniones del G20 en Indonesia tras retirarse de parte de las sesiones debido a una indisposición médica por la que también recibió tratamiento, informó la oficina presidencial.

El presidente argentino, Alberto Fernández, padeció el martes una gastritis que lo obligó a ausentarse durante parte de la cumbre de líderes del G20, pero se encuentra “en buen estado de salud” tras recibir tratamiento médico, indicó un comunicado de la presidencia.

Fernández “padeció un episodio de hipotensión y mareos” que, tras ser evaluado por el equipo médico, resultó ser “una gastritis erosiva con signos de sangrado”, señaló la presidencia argentina.

“Recibió el tratamiento médico adecuado encontrándose en buen estado de salud y reanudando sus actividades con control médico”, añadió en un comunicado.

En principio, el dirigente podrá participar en el encuentro el martes por la tarde con el presidente chino, Xi Jinping, y el miércoles con la directora del FMI Kristalina Georgieva.

La indisposición hizo que Fernández, el único líder latinoamericano presente en Bali, Indonesia, fuera reemplazado en las primeras sesiones de debate por el canciller Santiago Cafiero.

La cumbre

En el primer encuentro, dedicado a la seguridad alimentaria y energética, Cafiero urgió a los miembros del bloque a “recuperar la paz y contribuir a la recuperación mundial”.

Con la inflación en Argentina en el 66% y la posibilidad de llegar al 100% a finales de año, el ministro subrayó que “los efectos de la guerra” se notan en todo el mundo y afirmó que el conflicto le costó al país “5.000 millones de dólares”.

“En el hemisferio norte los mercaderes de la muerte negocian armas letales, pero en el hemisferio sur los alimentos se encarecen o faltan y lo que termina matando no son las balas o los misiles, sino la pobreza y el hambre”, dijo Cafiero.

“Es imperioso que unamos esfuerzos para que las partes involucradas regresen a la mesa de negociaciones”, insistió.

El canciller destacó el impacto especialmente negativo de la guerra en Latinoamérica, que ya se vio profundamente castigada por la pandemia y, según la CEPAL, registró un retroceso de 27 años en los niveles de pobreza.

“América Latina y el Caribe se convirtieron en la región del mundo que perdió más años en expectativas de vida. Ahora debemos enfrentar los efectos de la guerra”, afirmó.

Aunque la invasión de Ucrania no estaba oficialmente en la agenda, la cuestión se convirtió en protagonista del inicio de la cumbre, con múltiples llamados a terminar la guerra.