Tras 11 días en condición de desaparecidos, la policía brasileña encontró en una remota región de la Amazonía restos humanos que según las autoridades, pertenecen al periodista británico Dom Phillips y al experto indigenista Bruno Pereira, luego de que el principal sospechoso confesara su participación en el asesinato de las víctimas y guiara, posteriormente, a los oficiales hasta los cadáveres.

Este miércoles 15 de junio, la policía de Brasil encontró restos humanos en su búsqueda del periodista británico Dom Phillips y del indigenista brasileño Bruno Pereira, ambos desaparecidos hace 11 días en una remota y selvática región de la Amazonía brasileña.

Este hallazgo se produce después de que un pescador, el principal sospechoso, hubiera confesado haberlos matado en la selva amazónica.

El ministro de Justicia, Anderson Torres, fue quien dio a conocer la noticia. “Acabo de ser informado por la Policía Federal que restos humanos fueron encontrados en el lugar en donde realizan las excavaciones. Ellos serán sometidas a pericia”, informó el funcionario en un mensaje publicado en sus redes sociales.

Los supuestos autores del homicidio son los hermanos pescadores Amarildo da Costa Oliveira, conocido como ‘Pelado’, y Oseney da Costa de Oliveira, conocido como ‘Dos Santos’. El primero fue arrestado la semana pasada y era considerado como el principal sospechoso y el segundo fue detenido el martes. La policía también informó de un posible tercer implicado.

Sin embargo, el detective Fontes, a cargo de esta investigación, dijo a la prensa que alias ‘Pelado’ había confesado su participación en el crimen, mientras que ‘Dos Santos’ había negado cualquier implicación en el caso.

Tras la confesión, el principal sospechoso condujo a los investigadores hasta el lugar, en el Valle del Javari, en la Amazonía brasileña próxima a la frontera con Perú y Colombia. Es en este lugar donde dijo haber enterrado lo que restó de los cuerpos de Phillips y Pereira, a quienes descuartizó y luego incineró, según reporta el diario local ‘Folha de São Paulo‘.

Los restos serán analizados y cotejados con las muestras de ADN tomadas a las familias de ambos.

La pista de Phillips y de Pereira se perdió el 5 de junio cuando se desplazaban en una embarcación nueva desde la comunidad de São Rafael hasta la ciudad de Atalaia do Norte. En esa zona se han producido violentos conflictos entre pescadores, cazadores furtivos y agentes del Estado.

La policía federal dijo que daría una conferencia de prensa el miércoles por la noche para hacer “una aclaración excepcional sobre las investigaciones”.

Primeras pistas de los desaparecidos

El sábado pasado, los voluntarios del grupo indígena Matis informaron a los equipos oficiales de búsqueda del hallazgo de una lona de la embarcación utilizada por los desaparecidos.

“Usamos una pequeña canoa para ir a las aguas poco profundas. Entonces encontramos una lona, unos pantalones cortos y una cuchara”, explicó Binin Beshu, uno de los voluntarios, a la agencia AP.

El domingo, las autoridades comenzaron a rastrear la zona y descubrieron una mochila, un computador portátil y otros objetos personales sumergidos bajo el agua. Esa misma noche, la policía confirmó que los artículos encontrados pertenecían a ambos hombres desaparecidos.

Previamente, la policía local anunció el hallazgo de rastros de sangre en la embarcación de alias ‘Pelado’. Los agentes también encontraron en el río materia orgánica de aparente origen humano que se envió a analizar.

¿Quiénes son Domm Phillips y Bruno Pereira?

Domm Phillips es un periodista británico independiente que ha escrito para ‘The Guardian’, ‘The Washington Post’ y otros medios de talla.

Estaba realizando investigaciones en la Amazonía junto a su compañero brasileño, Bruno Pereira, un experto indígena con amplia experiencia en la Fundación Nacional del Indio (Funai), el órgano del Gobierno de Brasil que establece y desarrolla las políticas relacionadas con los pueblos indígenas.

El brasileño instruía a los indígenas en el uso de tecnologías para documentar sus denuncias y presionar así a los poderes públicos para que se aplicara la ley e impidieran las invasiones en estas reservas ecológicas de la selva. Pereira también participó en varias operaciones contra la pesca ilegal.

En efecto, el experto indigenista estaba en el punto de mira de las bandas criminales que expolian las riquezas de estas reservas, casi intactas.

Durante su visita a la Amazonía brasileña, Dom y Pereira fueron amenazados por unos pescadores furtivos, quienes exhibieron sus armas en la distancia. Entre ellos, al menos uno de los detenidos por el caso.

Presuntos motivos del crimen

Las autoridades consideran que una red internacional que paga a pescadores pobres para que pesquen ilegalmente en la reserva del Valle del Javari, el segundo territorio indígena más grande de Brasil, podrían estar detrás de la desaparición y los presuntos asesinatos de Phillips y Pereira.

Esta localidad posee riquezas naturales casi intactas, algo que la convierten en un codiciado botín para todo tipo de actividades ilícitas, sea la caza, la pesca, la extracción de madera o de minerales.

El alcalde de Atalaia do Norte, Denis Paiva, especuló que el presunto crimen podría estar relacionado a “alguna disputa personal por la inspección de pesca”.

Por su parte, la policía federal no ha descartado otras líneas de investigación, como el narcotráfico, ya que en los últimos años las invasiones de pescadores o cazadores furtivos se han multiplicado en este territorio con la entrada de dinero del tráfico de estupefacientes.

En paralelo, las agencias gubernamentales para la protección de los indígenas y el medio ambiente han sido debilitadas por el Gobierno desde que Jair Bolsonaro llegó al poder. Las autoridades han hecho fuertes recortes presupuestarios y han encargado las áreas selváticas a jefes ajenos a estos temas.

Al ser preguntado sobre Phillips en una conferencia de prensa sobre el debilitamiento de la aplicación de la ley ambiental, Bolsonaro manifestó que “los dos hombres estaban en una aventura que no es recomendable” y agregó que el periodista británico “se había ganado enemigos por escribir sobre temas medioambientales”.

Estas declaraciones, y su lentitud para hacer frente a la desaparición del periodista y el indigenista, han puesto al Jefe de Estado de Brasil en la mira de las organizaciones de derechos humanos, los ecologistas y los defensores de la prensa. También ha despertado la preocupación en el Parlamento británico, que está colaborando con las autoridades brasileñas que investigan el caso.