La definición de la Presidencia de Colombia quedó para una segunda vuelta el próximo 19 de junio entre el izquierdista Gustavo Petro y el populista Rodolfo Hernández, un candidato que logró en la recta final de la campaña desbancar al derechista Federico Gutiérrez.

Colombia amaneció sin dudas sobre su proceso electoral y ratificó en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo la solidez de su sistema democrático tras las preocupaciones y los discursos de fraude atizados durante la campaña.

“Hay una valoración muy positiva de la jornada electoral, se ha conseguido sobrepasar el clima de desconfianza a raíz de los problemas en las legislativas”.

Así lo dijo el jefe de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (UE), el eurodiputado socialista español Javi López.

Ningún candidato o campaña objetó los resultados que dieron como ganador en primera vuelta al candidato de la izquierda, Gustavo Petro.

Pese a esto, el candidato tendrá que definir la Presidencia en segunda vuelta el 19 de junio con el populista Rodolfo Hernández, que fue el segundo más votado.

Según la Registraduría Nacional, entidad que organiza los comicios, con el 99,99 % de la votación contabilizada, Petro, candidato recibió ayer 8.527.768 votos, que equivalen al 40,32%. Por otra parte, Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, recibió 5.953.209 papeletas (28,15%).

López destacó además “el clima de las intervenciones de los candidatos anoche” tras la divulgación de los resultados en las que “ninguno hizo referencia dudas sobre el conteo”.

Calma tras elecciones en Colombia

El registrador nacional, Alexander Vega, duramente criticado por fallas en el preconteo de votos el 13 de marzo, consideró que la primera vuelta electoral fue un “triunfo de la democracia”.

Según Vega, los comicios fueron “tranquilos, seguros, transparentes, con todo el control y garantías”.

Esto permite disipar las dudas sobre la transparencia del sistema electoral alentadas durante la campaña por Petro y otros candidatos, como el derechista Federico Gutiérrez o el centrista Sergio Fajardo.

El incidente más grave ayer fue el asesinato de Nelly Bedoya, que fue jurado de votación en Vista Hermosa, en el departamento del Meta, en el centro del país.

“Rechazamos todo acto violento que atente contra la vida de los colombianos y la democracia nacional”, dijo el registrador en su cuenta de Twitter.

Según informó el ministro del Interior, Daniel Palacios, la comisión electoral de la que formaba parte Bedoya fue atacada por disidencias de las FARC.

Fue un ataque en el que también resultó herido un oficial del Ejército que acompañaba a la misión a trasladar el material electoral.

La Defensoría del Pueblo lamentó la muerte de la jurado de votación y exigió “a los grupos armados ilegales dejar por fuera de sus acciones a los civiles y respetar el Derecho Internacional Humanitario”.

Supervisión internacional

Las elecciones fueron supervisadas por misiones de observación de la Unión Europea, de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de otros organismos internacionales. Todos ellos presentarán mañana en Bogotá las conclusiones de su trabajo.

Fuentes diplomáticas españolas señalaron que “el proceso electoral de la primera vuelta se ha desarrollado con normalidad, sin obviar el hecho de que hay que lamentar una muerte”.

Las embajadas de los países de la UE en Colombia divulgaron un comunicado en el que pidieron a todos los actores políticos “moderación” y “tolerancia” en la elección. Se trata de algo que, visto el comportamiento electoral de ayer, ha sido atendido.

“El proceso, por como lo hemos visto, se ha desarrollado con normalidad y se han corregido errores o fallos de procedimiento. En consecuencia, la valoración preliminar es que las elecciones han expresado la voluntad de los colombianos. No tenemos ningún motivo para interpretar que ha habido irregularidades ni fraude”, agregó la fuente.

A diferencia del 13 de marzo, cuando el Pacto Histórico denunció que no le habían contado cerca de 400.000 votos al Senado. Se trató de algo inédito en el país y que luego fue corregido en el escrutinio, en esta ocasión el conteo fue rápido y sin dejar lugar a especulaciones.

La eficiencia mostrada ayer por la Registraduría disipa las dudas sobre la transparencia del sistema electoral colombiano que volverá ponerse a prueba en tres semanas.