El gobierno haitiano ha declarado el estado de emergencia en algunas zonas controladas por bandas criminales. Este decreto presidencial llega tras una operación policial llevada a cabo en un barrio de la capital que, el viernes 12 de marzo, se convirtió en un fiasco con 4 policías muertos y armas incautadas por los miembros de la banda. El gobierno insiste en que la restricción de las libertades es necesaria para combatir esta delincuencia organizada.

El decreto que anuncia el estado de emergencia afecta directamente a cuatro zonas del país. Pero el Secretario de Estado de Comunicación, Frantz Exantus, confirma que la medida se aplicará allí donde la policía lo necesite.

“No creemos que vaya a ser implementado en todo el territorio, pero puede ocurrir que dos o tres bandidos intenten controlar una parte del territorio”, dice Exantus. “Si hay un problema en un territorio donde personas intentan desafiar a la policía, esa zona se declarará automáticamente ‘zona roja’. En ese caso, se aplicarán las medidas propias del estado de emergencia para esas zonas”.

Por lo tanto, puede haber restricciones de comunicación y tráfico en estas zonas rojas. Todo ello para permitir la intervención de las autoridades y restablecer la seguridad, dice Exantus quien asegura que es necesario reducir las libertades de los habitantes de los barrios pobres que ya sufren la violencia de las bandas: “El Estado escucha el clamor de esta población que quiere más seguridad, por lo que el estado de emergencia es precisamente para restablecer la autoridad del Estado, garantizar la seguridad del territorio y permitir a todos los ciudadanos realizar sus actividades”.

AFP

Declarado por un mes, este estado de emergencia sólo puede renovarse una vez.

La medida está motivada por la actuación de bandas armadas que “secuestran a personas para pedir rescate, robando y saqueando bienes públicos y privados, y enfrentando abiertamente a las fuerzas de seguridad pública”, especifica el documento fechado el 16 de marzo.

Desde el otoño boreal, Haití ha sido escenario de un aumento en los secuestros con fines extorsivos que afectan tanto a la minoría rica como a las personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, quienes constituyen la mayoría de la población del país.

Un operativo policial, realizado el 12 de marzo en un distrito de la capital que una pandilla utiliza como lugar de secuestro de sus víctimas, derivó en la muerte de cuatro policías.

Los cuerpos de los agentes, mutilados por los pandilleros, que publicaron videos de sus acciones, aún se encuentran en la zona del enfrentamiento.