El partido político FARC dio este domingo un paso para romper con su pasado de violencia, vinculado a la sigla de la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y de ahora en adelante se llamará Comunes, según lo aprobó su segunda Asamblea Nacional Extraordinaria.

El nombre Comunes fue elegido en una votación entre tres opciones propuestas que incluían además las de “Unidad Popular del Común” y “Fuerza del Común”, pues los excombatientes consideraron que FARC es una sigla que genera rechazo en el país como consecuencia del conflicto armado de más de medio siglo que dejó miles de muertos.

“Quiero informarle a Colombia y a la comunidad internacional que a partir de hoy llevaremos el nombre de Comunes, porque somos un partido de gente del común trabajando por un país justo y con bienestar para la gente del común”, manifestó el presidente de esa fuerza política, Rodrigo Londoño, conocido en sus tiempos de guerrillero con el alias de “Timochenko”.

Por su parte, Francy Orrego, integrante de la dirección de Comunes, dijo al leer las conclusiones de la asamblea que se decidió “hacer el cambio de nombre del partido de cara a las nuevas dinámicas del país”.

“Compartimos la lectura de que el nombre de FARC genera resistencia en múltiples sectores de la sociedad colombiana”, manifestó.

El nuevo nombre también les permite distanciarse de los disidentes alias “Iván Márquez” y “Jesús Santrich”, que el 29 de agosto del 2019 anunciaron su regreso a las armas con la sigla de la antigua guerrilla de las FARC, después de haber hecho parte del equipo negociador del acuerdo de paz firmado con el Gobierno colombiano en noviembre de 2016.

Historia del nombre

En agosto de 2017, nueve meses después de la firma de la paz, la antigua guerrilla definió en un congreso que su nombre político sería Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), y su logotipo, una rosa que evoca los símbolos socialdemócratas, que hoy decidieron que mantendrán.

En esa época se debatió mucho acerca de si mantendrían la sigla de la guerrilla o las cambiarían en busca de superar la mala imagen que las FARC tienen entre la sociedad colombiana.

Tanto así que el entonces presidente Juan Manuel Santos, que firmó el acuerdo de paz, los criticó por mantener la misma sigla para el partido político.

“La práctica, la realidad, demostró que no fue lo más acertado (mantener el nombre FARC)”, manifestó esta semana Londoño.

En ese sentido, el exministro del Interior Juan Fernando Cristo, que participó en las negociaciones de paz, calificó de “acertada” la “decisión de los integrantes del partido de la desmovilizada guerrilla de las FARC al cambiar su nombre por el de Comunes”.

“Un paso más adelante en su reincorporación a la civilidad”, expresó Cristo.

Por su parte, el exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, crítico del acuerdo de paz, consideró que los miembros de ese partido “nunca debieron aceptar (el) uso de ‘FARC’ en la democracia” y apuntó que el “cambio de nombre a esta altura es un plan mediático no un acto de reconciliación”.

“Siempre será inexplicable tener autores de crímenes de lesa humanidad de congresistas y a sus víctimas sin nada. Con narcotráfico fortalecido”, dijo Pinzón en su cuenta de Twitter.

Comunes

En la Asamblea, que se hizo de forma semipresencial en once lugares de Colombia entre el 22 y el 24 de enero, Londoño hizo un llamado a “crear una gran coalición de fuerzas con todos los demócratas de este país” para consolidar la implementación del acuerdo de paz.

“Debemos tender todos los puentes para la unidad de los sectores que luchan por el cambio, construir un único frente contra el autoritarismo y por la verdadera igualdad ante la ley y los derechos de los ciudadanos”, expresó en la declaración política de la Asamblea.

Londoño también criticó al Gobierno del presidente Iván Duque por “la ola de violencia sistemática y generalizada que se extiende por el territorio nacional” que se ha cobrado la vida de más 254 exguerrilleros, según la cuenta que lleva el partido.

“El Gobierno nacional debe actuar decididamente frente a las estructuras paramilitares y organizaciones criminales que infunden el terror y acallan la voz de quienes construyen un nuevo país desde sus territorios”, expresó.

Justamente mientras realizaban la asamblea, el representante a la Cámara Omar Restrepo denunció que fue asesinado el excombatiente Juan Carlos Correa en el municipio de San Andrés de Cuerquia, en el departamento de Antioquia (noroeste).

“El firmante de paz Juan Carlos Correa, de 35 años de edad, se movilizaba en una moto en San Andrés de Cuerquia, (cuando) fue interceptado por hombres armados que se lo llevaron vivo. Más tarde le encontraron asesinado”, escribió Restrepo en Twitter.

División interna

A la asamblea partidaria no asistieron los senadores Victoria Sandino e Israel Zúñiga, más conocido como “Benkos Biohó”, además de Milton de Jesús Toncel, alias “Joaquín Gómez”, quienes se marginaron del proceso por considerarlo “antidemocrático”.

Creen además que esta asamblea “va en contravía del espíritu del acuerdo de paz” y está divorciada “de las problemáticas de la antigua guerrillerada”.

“Convocamos a todos los militantes injustamente excluidos y desconocidos por un sector de la actual dirección del partido a construir mancomunadamente espacios para ganar la reincorporación integral y continuar nuestra lucha por la paz y las transformaciones sociales”, agregaron los tres exjefes guerrilleros en una carta.