Brasil y Venezuela obtuvieron este jueves las dos bancas en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDH), reservadas para los países de América de Latina, superando en la votación a Costa Rica, el tercer candidato que intentaba quedarse con una de las plazas.

La elección de Venezuela había sido cuestionada desde un inicio por países de América Latina, entre ellos Chile, que reclaman las constantes violaciones a los Derechos Humanos por parte del régimen de Nicolás Maduro, las que han sido constatadas por la alta comisionada de la ONU en la materia, Michelle Bachelet.

En julio, Michelle Bachelet denunció que en el último año y medio en Venezuela se produjeron cerca de 7.000 ejecuciones extrajudiciales y que la gran mayoría de esas muertes fueron responsabilidad de las fuerzas de seguridad.

A finales de septiembre el CDH decidió -mediante una resolución- crear “una misión internacional independiente” encargada de investigar las presuntas violaciones de los derechos humanos en Venezuela, una medida rechazada por responsables del país sudamericano.

Los miembros del Consejo pueden ser suspendidos en casos de violaciones graves, pero sólo Libia fue objeto de esa sanción en 2011.

A los 14 puestos que están abiertos concurren 17 países: Alemania, Armenia, Brasil, Corea, Costa Rica, Holanda, Indonesia, Irak, las Islas Marshall, Japón, Libia, Mauritania, Moldavia, Namibia, Polonia, Sudan y Venezuela.