La referencia es contra una controladora aérea y el resto de sus compañeros. Aún no se sabe, a ciencia cierta, quién de los pilotos arremetió verbalmente contra la funcionaria, pero el suceso ha generado toda una suerte de análisis en la vecina nación y no es para menos.

Recientemente dos aeronaves en el aeropuerto argentino, denominado Aeroparque Jorge Newbery (de tráfico nacional y regional del Área Metropolitana de Buenos Aires) estuvieron cerca de chocar, según relata uno de los pilotos de la aerolínea Avianca. Una de las aeronaves cumplía la ruta Buenos Aires-San Fernando.

“Estuvimos a 500 pies, por momentos a 300 pies de diferencia con el tránsito que nos sobrepasó de derecha a izquierda”, le recrimina Jorge Cresta a la controladora aérea que operaba desde Ezeiza, la principal terminal aérea argentina.

De ahí, vino una conversación que literalmente tomó vuelo, con recriminaciones que pasaron turbulencias por varios segundos, hasta llegar al insulto principal.

Cuando el piloto Cresta, le dijo a la controladora, algo que consta en una grabación, lo cerca que estuvieron de un presunto choque, la mujer respondió: “Es la saturación que tenemos en este sector y en este trabajo en este momento”.

Sin embargo, a esas “alturas”, todo era complicación en la comunicación entre ambos. Entonces, vino la respuesta desde la cabina, publicada por medios del vecino país, entre estos La Nación.

“La verdad es que son unos inútiles, ese es el problema”, aseguró el piloto. “¿Si?”, le replicó la controladora. “Venga a decírmelo personalmente, por favor”, le invitó la mujer y tras hacer una pausa entre las bolsas de aire, remató: “Idiota”.

Primer argentino
Primer argentino

“La equivocación fue de la controladora”

Al calor de la conversación, ambos funcionarios aéreos se olvidaron de las grabaciones que son el pan de cada día entre pilotos y controladores en cualquier parte del mundo.

Desde el incidente, los medios de comunicación argentinos se dieron a la tarea de aterrizar las acciones y consecuencias de un trabajo de vida o muerte para los pasajeros que confían sus vidas a aerolíneas y terminales aéreas.

Jorge Cresta ha sido consultado tras el incómodo momento y utilizó como pista de descargo (de nuevo) sus argumentos contra la torre de control aéreo desde Ezeiza.

Considera que “la equivocación fue de la controladora”, pero niega el insulto desde la nave que tripulaba: “Ninguno de nosotros respondió de esa manera. Había muchos aviones en vuelo”, aseguró.

Sin embargo, parece que algunos medios han posado sus ojos más en el insulto compartido en la grabación que en el presunto error.

Al entregar su descargo a medios como TN, Cresta aclaró que no hubo una situación extrema, pero en ese momento derivó en la acalorada conversación y eso mantiene en el aire la molestia (literal).

“Estábamos volando recto, saliendo para Santa Fe y teníamos un tránsito [un avión] en nuestro instrumento de a bordo que venía de la zona del litoral. Lo teníamos también a la vista, porque fue una tarde muy linda la del domingo. El avión nos cruzó de derecha a izquierda, a una distancia de 200 metros de diferencia en la vertical y una distancia de 1500 en el horizontal”, aseguró Cresta en lenguaje aerodinámico, ese que los pilotos son capaces de desmenuzar.

Pero las responsabilidades de la denuncia del piloto de Avianca aún no se deducen. Todo está reducido a saber si fue él o no, quien intercambió las coordenadas incómodas con su compañera de labores.

“La terminal de Buenos Aires estaba con muchos vuelos. No sé si soy la persona indicada para buscar responsables, pero el error estuvo en la controladora, que quizás se equivocó en la latitud que le dio al otro avión e hizo que nos crucemos cerca. La equivocación fue de la controladora, esto no es algo que ocurre todos los días”.

El piloto insistió de nuevo en que no fue él quien discutió con la controladora. “Nosotros en ningún momento discutimos ni insultamos a la controladora. Había muchos aviones en vuelo, es imposible saber qué avión habló o dijo algo. Antes de eso hubo muchas conversaciones más”.

Todo quedó en el aire, pero con la turbulencia mental de los usuarios envuelta en dudas. No es para menos. Después de todo, volar es poner cientos de vidas en las manos y sentidos de otros.

Aeroparque Jorge Newbery
Aeroparque Jorge Newbery