Como es una normalidad en toda crisis, esta tiene sus tiempos. Hoy domingo, a casi 24 horas de la gran marcha que se desarrolló ayer por las calles de Caracas, en el resto de los Estados y en el mundo –habría movilizado cerca de 13 millones de personas–, el ambiente en Venezuela sigue siendo de extrema tensión.

No son pocos los que advierten que estamos dentro de las 72 horas más importantes para ver cuál será el desenlace, lo que a nadie deja indiferente.

La noche del sábado, a eso de las 18:00 hora venezolana (17:00 en Chile), los locales de las galerías del centro comercial San Ignacio o los restoranes de la zona de Altamira, estaban vacíos. La gente definitivamente sabe que no son momentos para la distracción sino de asegurarse temprano en sus casas.

Las iglesias católicas y evangélicas están como nunca antes, repletas de feligreses. Chavistas u opositores todos rezan y piden a sus santos, vírgenes o Dios, una salida a este conflicto, pero sin derramamiento de sangre.

Por eso las noticias que llegan desde Estados Unidos no pasan desapercibidas entre la población, como las declaraciones que se conocieron hoy domingo de Donald Trump en que dijo que enviar militares a Venezuela era una opción.

La declaración llegó en momentos en que el autoproclamado presidente encargado, Juan Guaidó, alista el anuncio de cómo sacaran la ayuda humanitaria desde Colombia y Brasil, la que ya comenzó s acopiarse y que consiste en alimentos no perecibles, medicamentos de todo orden, y tal vez lo más importante, insulina para tratar a los diabéticos.

Guaidó, quien está difónico por estas horas, se mueve con cuidado, todo bajo la atenta mirada de un enorme equipo de seguridad y asesores, los que se mantienen herméticos con la información, especialmente de los lugares que va a visitar.

Las iglesias, especialmente Católica, jugarán un rol clave en el modelo para traer la alimentación a los que lo necesitan, porque definitivamente la Conferencia Episcopal de Venezuela ha tomado distancia de la nunciatura apostólica de Roma y se ha involucrado en reuniones con Guaidó y la oposición, motivados por la forma en que Nicolás Maduro viene gobernando desde hace años.

Mientras, en las calles, conseguir dinero venezolano es complejo, por dos razones: una el alto número de billetes que se debe tener para comprar una botella de agua; y debido a que la variación del precio del dólar por hora es tanta, que cambiar se vuelve casi como si se estuviese en la bolsa de valores.

Con todo, en la oposición, que incluye a partidos social demócratas de la Internacional Socialista hasta la derecha, afirman que están listos para iniciar la transición.

Y para eso, explicaron Radio Bío Bío, se han basado en el proceso chileno, particularmente del gobierno de Patricio Aylwin y de la Concertación. No por nada en entrevistas con medios internacionales el autoproclamado presidente Guaidó ha indicado que el modelo chileno es un modelo a seguir dentro del proceso que viene.

Perdonar

El diputado opositor y expreso político, Gilberto Caro, sostuvo que están dispuestos a mirarse a la cara y perdonar, pero que los violadores de derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad deben pagarse con cárcel, tal como ha ocurrido en Chile con militares que fueron condenados por la justicia.

En la misma línea el diputado de la Asamblea Nacional por Tachira y torturado por parte de las servicios de inteligencia mientras estuvo como preso político, Renzo Prieto, explicó que tienen la voluntad de perdonar y comenzar a reconstruir Venezuela, incluyendo a todos.

Reconstrucción que en su primera fase busca generar las condiciones para un proceso eleccionario libre y resguardado por organismos internacionales.

Luego, explican los opositores, tendrá que reinstalarse la institucionalidad, tanto a nivel del ejecutivo, legislativo y judicial. Dentro de ello ejecutar un plan económico, donde cuidando la soberanía nacional se trabaje con las empresas públicas para rentabilizarlas y sacar recursos para los pilares solidarios apartidistas. Así lo explicó el director del Estado de Miranda de Voluntad Popular, Alfredo Jimeno.

Sin embargo, de pronto la ayuda humanitaria es lo más importante, según los parlamentarios que forman parte de la prescrita Asamblea Nacional, dijo Nora Bracho.

En tanto, La Radio ha tratado de comunicarse con los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente, que lidera Diosdado Cabello, hombre fuerte del Chavismo, pero han declinado hablar públicamente, solo lo hacen informalmente. Por ello, la prensa internacional poco o nada puede sacar como contraposición a lo que dice el grupo que lidera Guaidó.

Sobre la ONU, todavía existe la esperanza que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos del organismo multilateral, Michelle Bachelet, arribe a Caracas para observar en terreno lo que está sucediendo, puesto que si algo sabe la sociedad venezolana es de esperanza y convicción de que vendrá algo mejor.