Andrés Manuel López Obrador llega este sábado a la presidencia de México, la segunda mayor economía de América Latina, entre elevadas expectativas de los electores pero también con incertidumbre para los inversionistas y mercados financieros.

El veterano izquierdista de 65 años asumirá la presidencia por un periodo de seis años tras un rotundo triunfo electoral, aunque algunas de sus decisiones durante la transición de gobierno -que duró cinco meses- han sacudido a los mercados.

Tras su victoria del 1 de julio, prometió mantener equilibrios macroeconómicos y respetar la autonomía del Banco de México (central), tranquilizando a los inversionistas.

Sin embargo, la decisión de cancelar la construcción de un nuevo aeropuerto para Ciudad de México -una obra de 13.000 millones de dólares que calificó de “faraónica”- avalado por una controversial consulta pública, trajo una reacción adversa en los mercados y reclamos entre las cúpulas empresariales.

Tras el anuncio de la cancelación a finales de octubre, la Bolsa mexicana se desplomó 4,2% mientras que el peso mexicano cayó más de 3%.

Reacción de las calificadoras

La decisión también disgustó a las calificadoras de deuda. Fitch degradó la perspectiva de la nota BBB+ de México al asegurar que la cancelación del aeropuerto mandó “una señal negativa a los inversionistas”.

Moody’s mantuvo la nota de México en A3 pero acusó incertidumbre tras la decisión.

López Obrador, conocido como AMLO por sus iniciales, replicó a través de un video que no había “nada qué temer” y acusó “una campaña de inestabilidad”.
Además, se reunió con contratistas del aeropuerto.

Sin embargo, días después, el 11 de noviembre, la Bolsa mexicana se hundió casi 6% tras conocerse una propuesta de Morena, el partido de AMLO, para limitar las comisiones que cobran los bancos.

Acto seguido, las acciones de las principales mineras del país como Grupo México -uno de los mayores productores de cobre del mundo- cayeron ante otra iniciativa de Morena para endurecer los requisitos sociales y ambientales necesarios para otorgar concesiones.

A finales de noviembre, López Obrador realizó otra consulta sobre un tren turístico en la península de Yucatán y otros programas sociales, logrando apoyo casi total de los cerca de 950.000 votantes.

Incertidumbre

Especialistas temen por el futuro de la inversión debido a la forma en que el gobierno de López Obrador tomará decisiones.

“La incertidumbre que hay acerca de cómo pueden ser las decisiones de política del próximo gobierno puede tener un impacto en la inversión, tanto doméstica como extranjera”, dice a la AFP Carlos Serrano, economista en jefe del banco español BBVA Bancomer.

Serrano no es el único preocupado. Al elevar la tasa de interés de referencia a 8% a mediados de noviembre, el Banco de México reconoció la preocupación entre participantes del mercado sobre las políticas del gobierno entrante.

Edward Glossop, economista de Capital Economics, dice que entre las mayores preocupaciones están el que “se relaje agresivamente la política fiscal” y que “se revoquen contratos energéticos (ya sea con una consulta o con cambios a las leyes en el Congreso)”.

Para Philip Waechter, economista en jefe de Ostrum Asset Management, firma de inversión que administra unos 265.000 millones de euros, la incertidumbre por el nuevo gobierno podría ser de corta duración.

“Probablemente una vez que esté en el poder, tras un periodo de ajuste, las cosas pueden ser distintas, es lo que vemos en economías grandes. La incertidumbre por Obrador puede ser de corto plazo”.

Atención en el presupuesto

La atención del mercado está ahora en el presupuesto que presentará el equipo de López Obrador -liderado por Carlos Urzúa, futuro secretario de Hacienda- a más tardar el 15 de diciembre.

“Puede quitar en parte (la incertidumbre), si llega a ser un paquete económico creíble”, pero “parte de la incertidumbre tiene que ver no solo con eso sino también con las dudas que han generado estas consultas”, agrega Serrano de BBVA Bancomer.

“El diablo está en los detalles. El objetivo de superávit primario es inconsistente con la promesa de campaña de aumentar el gasto del gobierno y no elevar impuestos”, indicó la firma Capital Economics en un reporte.

López Obrador buscó de nuevo esta semana tranquilizar a los inversionistas.

“Los que invierten en empresas, en acciones, en el mercado financiero, van a tener aseguradas esas inversiones y van a obtener buenos rendimientos”, dijo el futuro mandatario en un mensaje en sus redes sociales.

“Va a haber un auténtico Estado de Derecho, no va a haber expropiaciones, actos arbitrarios, vamos a terminar con la corrupción”, agregó.

Por lo pronto, el Banco de México redujo el pronóstico de crecimiento para México en 2019 -el primer año de López Obrador en el poder- a un rango de entre 1,7% y 2,7%.