El lunes 1 de octubre podría ser un día histórico para Bolivia si la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya determina que su demanda está en lo correcto, por lo que Chile tiene la obligación de negociar con La Paz una solución a su mediterraneidad.

La demanda presentada en 2013 por el gobierno de Evo Morales habrá logrado su objetivo judicial y significará un nuevo paso en la relación de ambos países, pero Bolivia tendrá el respaldo de una sentencia dela CIJ y su mandatario un nuevo hito en sus más de 10 años de gobierno.

Evo Morales asumió como presidente de Bolivia el 22 de enero de 2006 y actualmente cumple su tercer gobierno, pero ya anunció su intención de postular a un nuevo mandato, lo que extendería su gobierno hasta 2025, más allá de que la Constitución de Bolivia prohíbe un tercer mandato consecutivo (Evo lleva tres elecciones presidenciales ganadas, pero la primera fue con la antigua Constitución).

Evo intentó derogar esta ley a través de un referéndum constitucional, donde preguntaba a la población si querían otro mandato del presidente. Ganó el “No” por estrecho margen y parecía que un cuarto mandato de Morales era imposible. Una derrota que desde el oficialismo responsabilizaron por la historia de una expareja del mandatario y un falso hijo.

Pero su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), buscó artilugios en la legislación y en noviembre de 2017, el Tribunal Constitucional decretó que la prohibición para que Morales postulara nuevamente a la presidencia violaba sus derechos fundamentales, revocando esta medida y autorizando una nueva candidatura presidencial del líder indígena.

La última palabra con la candidatura de Evo la tendrá el Tribunal Electoral, que podría bloquear una candidatura de Morales, aunque el presidente ya confirmó que participará en las primarias de enero.

Morales goza actualmente de un 43% de aprobación y un 52% de desaprobación, aunque sigue siendo el político más popular y el favorito a ganar las elecciones presidenciales de 2019, según una encuesta realizada por Ipsos en agosto pasado, consignó diario El Deber de Bolivia.

-¿Qué pasa si hay un resultado a favor de Bolivia?

El resultado más favorable para Bolivia sería que el Tribunal de La Haya determinara que Chile debe sentarse a negociar una salida al mar para el país altiplánico, lo que según analistas se vendería como una victoria de La Paz. Pero ¿Cómo beneficiaría esto la reelección de Morales?

“Un resultado favorable a Bolivia serviría para posicionar el ‘relato de Éxito’ de que su gobierno fue el único que consiguió avanzar en este tema. Dicho desde otra forma: ‘Morales Ayma fue el único presidente de Bolivia que luchó y recuperó el mar para los bolivianos"”, señala el analista y académico de la Escuela Complutense Latinoamericana para Bolivia, José Rafael Vilar.

Igualmente a nivel electoral, una “victoria en La Haya” permitiría a Morales obtener el favor de muchos electores indecisos, quienes rechazan una nueva postulación del presidente -ignorando el referéndum- pero que no ven una alternativa de gobierno en la oposición.

“En algunos sectores del electorado que no ven con buenos ojos el intento de perpetuación de Morales, pero que no ven una buena opción en la oposición, que está muy dividida (:..) Hay un sector que no ve con buenos ojos a Evo Morales, pero no ve otra alternativa, por lo que un fallo favorable en La Haya los haría decantar por Evo”, indica el analista político y académico de la Flacso, Mario Torrico.

-Si el resultado es negativo para Bolivia

El peor resultado que podría entregar la Corte Internacional a Bolivia sería que confirmara la postura chilena y decretara que no existe y nunca hubo una obligación a negociar una salida al mar, y que el Tratado de 1904 dejó todo cerrado.

Para Vilar un fallo negativo afectaría la imagen del gobierno boliviano, que se ha esforzado por mostrar una gestión solida política y económicamente.

“Quitaría los argumentos de éxito de la gestión Morales, en un momento de pretensión oficialista de reelección y con una significativa reducción real de la economía”, asevera Vilar.

Del mismo modo, Torrico considera que el fallo no perjudicará las pretensiones oficialistas, debido a la gran popularidad que goza Morales en el sector rural de su país (el 40% de los votantes son de esas zonas) y a la falta de competitividad en la oposición.

Aunque cree que podría incidir en la votación, estima que no influirá en la aprobación de su gestión, ya afectada por su decisión de obtener un cuarto periodo presidencial.

“Sí incidiría en la intención de voto hacia Evo, pero no en la aprobación a su gestión, que ya está a la baja por la decisión de él de perpetuarse en la presidencia. Pero eventualmente el voto sería mayor a su nivel de aprobación actual, aunque en eso podría ser influido por el fallo de La Haya”, agrega.

-Si no es Evo Morales ¿Quién?

Ambos analistas consultados por BioBioChile afirman que Evo Morales ha trabajado para ser el gran líder del MAS, por lo que aparece como su única figura presidenciable de forma indiscutida.

“Evo Morales se ha encargado de monopolizar el poder, de hacer un ejercicio vertical del mismo y de no formar ningún cuadro alternativo al interior del MAS”, explica Torrico.

En la misma línea, Vilar sostiene que las otras grandes figuras indígenas al interior del MAS han perdido opciones de ser una carta presidenciable tras diferentes casos de corrupción o de gestión política.

“Las pocas alternativas dentro del instrumento político (todos indígenas originarios) han ido desapareciendo: primero Santos Ramírez (expresidente del Senado), preso por estar involucrado en un escándalo de corrupción que incluyó un asesinato; luego Román Loayza (antiguo jefe de la bancada del MAS en la Constituyente) por desafección del modelo o el excaniller David Choquehuanca por reacomodos de poder (en realidad, con él finalizó el descarte de “históricos” indígenas)”, afirma Vilar.

“Las líderes femeninas indígenas con fuerte protagonismo inicial como Silvia Lazarte (que presidió la Constituyente de 2006-2007) se retiró de la política activa y la poderosa exministra de Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, fue presa (junto con su antecesora en el cargo Julia Ramos) por el escándalo del millonario desfalco al Fondo Indígena”, aclara el experto.

Respecto a la posibilidad de un heredero, Torrico piensa que Morales quiere evitar lo ocurrido en Ecuador, donde Rafael Correa dejó a Lenín Moreno como su sucesor, pero ahora están distanciados y se convirtieron en “enemigos políticos”.

“No pretende dejar un heredero (…) ha habido un aprendizaje de Evo Morales con lo que sucedió en Ecuador que Rafael Correa dejó a Lenin Moreno, porque ahora Correa no sólo enfrenta problemas judiciales, sino que está impedido de volver a postularse a la presidencia”, analiza Torrico.

-¿Qué pasa con la oposición?

Otra variable que beneficia a Morales es la oposición boliviana, la cual tiene fuertes diferencias y ante la indefinición de Carlos Mesa, no cuenta con un candidato que pueda -al menos- competir con el actual presidente.

“Las encuestas muestran que el único que le podría ganar a Evo Morales es Carlos Mesa, no existe otro personaje en la oposición, no hay (…) Pero ha señalado que a él no le interesa postular a la presidencia”, afirma Torrico.

La encuesta Ipsos de agosto mostraba a Mesa con un 27% de las preferencias contra un 29% de Evo Morales en la pregunta “si las elecciones fueran el domingo ¿Por quién votaría usted?”. Aunque esta encuesta no se aplicó en zonas rurales donde el actual mandatario concentra el mayor apoyo y donde sufraga el 40% de los votantes.

En la misma línea, una “victoria boliviana” en La Haya también podría llevar réditos políticos a Mesa, quien ha ejercido como vocero de la demanda marítima y se ha mostrado comprometido con la causa.

“Mesa ha sido un permanente y exitoso vocero de la demanda boliviana, lo que se confirma en que, a pesar de ser un crítico del gobierno en general y de la repostulación de Morales en particular, se le haya mantenido como vocero (…) Podría serle un argumento beneficioso pero analizado desde una política de Estado (que Mesa considero atribuirá a la gestión Morales)”, dice Vilar.

Más allá de las posibilidades de Mesa y el fallo de La Haya, el escenario más probable para 2019 es una nueva victoria de Morales, quien de esta forma gobernará Bolivia hasta 2025, lo que le significaría estar en el poder por 19 años.

“EL escenario más probable es que Evo gane con o sin fallo favorable, pero el 2019 va a ser un año muy complicado, con mucha protesta social, con enfrentamiento de grupos sociales, un año violento independiente del fallo en La Haya”, concluye Torrico.

Carlos Mesa | ARCHIVO | Agence France-Presse
Carlos Mesa | ARCHIVO | Agence France-Presse