A lo largo de dos días, 13 países, incluido Chile, han discutido en la capital ecuatoriana, Quito, una estrategia conjunta por la ola de migrantes venezolanos, llegando por distintas fronteras latinoamericanas y escapando de la crisis que afecta a su país, al punto en que los alimentos no están a su alcance.

“Será muy importante (…) intentar propuestas para resolver la situación de cientos de miles de venezolanos que por diferentes razones no han tenido o no tienen acceso a un estatus migratorio laboral y regular en nuestros países”, dijo el canciller anfitrión, el ecuatoriano, Andrés Terán, ante sus homólogos participantes de la cita.

En términos drásticos, el funcionario ecuatoriano declaró que Venezuela está en medio de una “crisis migratoria y humanitaria” y por eso fue necesaria la declaración.

El éxodo planteaba entonces el desafío de trazar una estrategia común. Una política que sea capaz de reaccionar en bloque ante la llegada masiva de venezolanos, tal como ha ocurrido en países como Brasil, Perú, Argentina, Colombia (a través de su frontera con la ciudad de Cúcuta) entre otros.

Las otras naciones participantes del Acuerdo de Quito, son, además de los mencionados:, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay.

La vicepresidente venezolana, Delcy Rodríguez, había acusado horas antes a funcionarios de Naciones Unidas de “convertir un flujo migratorio normal en una crisis humanitaria justificadora de una intervención”, según declaraciones de la agencia de noticias France-Presse.

AFP | Cristina Vega
AFP | Cristina Vega

Los principales puntos de la Declaración de Quito

Esta tarde, cerca de las 17:00 hrs. (hora de Chile) fue difundida a través de la cancillería ecuatoriana, la Declaración de Quito sobre Movilidad Humana de ciudadanos venezolanos en la Región.

Tras dos días de encuentro, las naciones acordaron 18 puntos entre los que se comprometen a “acoger adecuadamente a los ciudadanos venezolanos en situación de movilidad humana, especialmente a aquellos en condición de vulnerabilidad, como niñas, niños y adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad y personas aquejadas por enfermedades graves, entre otros”.

Ese es el punto inicial de dicha declaración. Sin embargo, inmediatamente se habla de la individualidad que debe primar en las naciones participantes a la hora de ejecutar los proyectos de acogida de venezolanos “y cooperar según cada país lo estime adecuado y oportuno, con la provisión de asistencia humanitaria; acceso a mecanismos de permanencia regular, incluyendo la consideración de procesos de regularización migratoria”.

Parte de lo acordado tiene que ver además con la instauración de políticas de estado para evitar que los migrantes venezolanos queden a merced de situaciones que los vuelva víctimas o victimarios de su propia condición compleja, en un territorio nuevo para ellos.

Los riesgos que han sido identificados a partir de la declaración de Quito, son trata de personas, tráfico ilícito de migrantes, violencia sexual y de género, discriminación y xenofobia.

AFP / Schneyder Mendoza
AFP / Schneyder Mendoza

Asimismo, a partir de este compromiso, el bloque de 13 países se mostró determinado a solicitar ayuda financiera y técnica de estados cooperantes y Organismos Internacionales especializados.

Al gobierno de Venezuela, este bloque en Quito, lo instó a proporcionar la asistencia necesaria para que los migrantes tengan acceso a documentación reglamentaria a fin de iniciar trámites tanto migratorios u otros que permitan su pleno desarrollo y movilidad en las naciones donde son acogidos.

De lo que se trata, según esta declaración, es de garantizar una migración ordenada y al alcance de las posibilidades de los estados que asumen en este desafío, pese a que Venezuela se negó a participar del encuentro, negando que exista una crisis como la que el mundo visualiza con el éxodo de ciudadanos ingresando por varias fronteras latinoamericanas.

AFP / Luis Robayo
AFP / Luis Robayo