El secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, anunció este lunes que su oficina tiene la “firme intención de trabajar con las autoridades electas de Honduras”, a pesar de la controversia sobre los resultados de los comicios del 26 de noviembre del año pasado.

El presidente Juan Orlando Hernández ganó con una estrecha victoria sobre el opositor de izquierda Salvador Nasralla, cuyo partido denuncia que hubo fraude en el conteo de los sufragios.

La autoridad electoral (TSE) tardó más de tres semanas en declarar al ganador, en medio de una ola de manifestaciones opositoras y disturbios que no han cesado desde los comicios.

Organismos de derechos humanos aseguran que más de 30 personas murieron por la represión policial y militar y más de 800 fueron arrestadas.

La propia oficina de Almagro dijo en diciembre que la Organización de Estados Americanos (OEA) no podía dar certezas sobre el resultado de esos comicios y apuntó que la única salida era “un nuevo llamado a elecciones generales”.

Pero el lunes avanzó su “intención de trabajar” con las autoridades hondureñas, aunque advirtió que “para construir sociedades democráticas, inclusivas y con desarrollo es necesaria la cohabitación de instituciones, partidos políticos, sectores sociales y ciudadanía”.

El marco “apropiado” para generar un ambiente que atienda estas condiciones es constituido por la normativa del Sistema Interamericano y especialmente la Carta Democrática Interamericana, subrayó.

Cambio de postura

La declaración de la OEA no gustó a la oposición, que convocó “un plantón desde el Estadio Nacional al Congreso” el martes.

“Al final la OEA tiene un discurso apegado a los países que la conforman, en este caso Estados Unidos, que es quien la financia, es quien tiene la principal influencia en la misma y se vuelve un vocera del Departamento de Estado”, dijo el expresidente Manuel Zelaya, derrocado en 2009 y líder de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura.

El organismo envió una misión de observación a Honduras para acompañar las elecciones presidenciales de noviembre, que presentó un informe demoledor según explicó Almagro en diciembre.

“El proceso electoral estuvo caracterizado por irregularidades y deficiencias, cuya entidad permite calificarlo como de muy baja calidad técnica y carente de integridad”, señaló Almagro en ese momento, en referencia al informe de la misión observadora.

El pueblo hondureño merece un ejercicio electoral que le brinde calidad democrática y garantías. El ciclo electoral que el TSE dio por cerrado (…) claramente no lo ha sido”, afirmó en esa nota.

El propio Nasralla acudió a la OEA el 18 de diciembre para presentar lo que denominó “evidencias” de las irregularidades cometidas en la elección.

Sin embargo, pocos días más tarde, el 22 de diciembre, el Departamento de Estado de Estados Unidos felicitó a Hernández “por su victoria en las elecciones”, en un reconocimiento del resultado de los comicios.

Hernández tiene previsto tomar posesión el 27 de enero en una ceremonia sencilla, aunque la oposición ha prometido manifestaciones toda la semana en contra de la investidura.