Pedro Pablo Kuczynski seguirá siendo el presidente de Perú, luego de que la oposición no lograra los votos suficientes para que se aprobara la moción de vacancia “por incapacidad moral”, que presentó el partido Fuerza Popular, ligado al fujimorismo, en su contra.

La permanencia de Kuczynski en la presidencia se da luego de una maratónica jornada legislativa, que comenzó a las 09:30 locales (11:30 de Chile), cuando el ahora mandatario realizó su defensa ante el Congreso, donde expresó que “no era corrupto”.

Lee también: Kuczynski se defiende en el Congreso de Perú para evitar su destitución: “No soy corrupto”

El Congreso del Perú rechazó la moción de vacancia con una votación de 78 votos a favor y 19 en contra, sin alcanzar los 87 necesarios para destituir al actual presidente del país vecino.

La votación no contó con los votos de 8 miembros de la bancada de Nuevo Perú, quienes se retiraron desde el pleno del Congreso minutos previos al trámite legislativo.

La moción de vacancia se basó en el hecho de que Kuczynski negó en un inicio e insistentemente sus vínculos con la empresa Odebrecht, tras lo cual fue desmentido por la propia constructora brasileña, envuelta en el pago de sobornos en América Latina.

Odebrecht reveló que pagó casi cinco millones de dólares por asesoramiento a firmas vinculadas a PPK entre 2004 y 2013, aunque aclarando que todo fue legal, a diferencia de pagos efectuados a otras autoridades peruanas.

Del total, 782.000 dólares fueron a Westfield Capital, firma de Kuczynski, cuando se desempeñaba como ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros del gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006). Otros 4,05 millones fueron para First Capital, empresa de un exsocio.

“No soy corrupto”

La oposición acusaba al presidente de haber mentido sobre sus vínculos con Odebrecht.

El mandatario y su abogado presentaron sus descargos durante más de dos horas y luego se inició el debate de los legisladores, en el que el izquierdista, Wilbert Rozas, afirmó que tanto el presidente como su defensor “no han aclarado nada”.

“El Parlamento tiene la voluntad de tomar decisiones que pueden ser reprochables, pero será valiente”, dijo de su lado Mauricio Mulder, del APRA (socialdemócrata), mientras el fujimorista, Miguel Torres, fue explícito en pedir votar por la destitución de Kuczynski.

El Congreso abrió el proceso de “vacancia” presidencial por “permanente incapacidad moral” días después de que Odebrecht revelara que pagó casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a Kuczynski mientras él era ministro.

“No soy corrupto y no he mentido, jamás he favorecido a ninguna empresa, siempre he actuado de acuerdo a Ley y a la ética profesional”, declaró el presidente ante el Congreso, agregando que mientras era ministro la empresa suya que prestó asesorías a Odebrecht era gestionada por su exsocio, el chileno Gerardo Sepúlveda.

Su abogado expresó que en “la práctica estamos ante un golpe de Estado“, si el Congreso destituía al presidente.

Varios analistas habían anticipado que Kuczynski se convertiría en el primer presidente en perder su puesto por vínculos con Odebrecht, empresa envuelta en el pago de sobornos en varios países de América Latina para conseguir millonarios contratos de obras públicas.

Sin embargo, de manera reservada, el Gobierno realizó en los últimos días esfuerzos para tratar de convencer a legisladores opositores no fujimoristas que votaran contra la “vacancia”.

El presidente había negado desde antes de asumir el mando, el 28 de julio de 2016, que tuviese vínculos con la firma brasileña hasta que fue desmentido por la propia empresa.

Ante el Congreso, afirmó que mientras era ministro no tenía comunicación con su socio para evitar conflictos de intereses.

Hace ocho días, este escándalo de corrupción cobró otra prominente víctima en el vecino Ecuador: el vicepresidente Jorge Glas fue condenado a seis años de cárcel por recibir sobornos.

Tres presidentes salpicados por Odebrecht

El partido fujimorista, Fuerza Popular, ha presionado a Kuczynski desde que comenzó su mandato, pero el fantasma de Odebrecht también persigue a Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, quien es investigada por supuestos pagos recibidos de la empresa.

El hermano de Keiko, Kenji, quien ha sido crítico de la conducción partidaria, se abstuvo en la votación, lo que indignó a algunos de sus correligionarios, quienes lo increparon, según imágenes de la televisión.

“El factor Kenji fue decisivo. Tremenda derrota política de Fuerza Popular”, dijo el analista Fernando Tuesta en alusión a que 10 legisladores de ese partido se abstuvieron en la votación.

Odebrecht admitió haber pagado 29 millones de dólares en sobornos en Perú entre 2004 y 2015, periodo que abarcó los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), en el que Kuczynski fue ministro; Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).

Humala permanece en prisión preventiva, acusado de recibir tres millones de dólares para su campaña electoral de 2011, mientras que contra Toledo pesa una orden de extradición desde Estados Unidos por recibir presuntamente 20 millones de dólares en sobornos para conceder a Odebrecht la construcción de una carretera.