Etiopía decidió expulsar a siete altos funcionarios de la ONU por “injerencia” en los asuntos internos del país, anunció el ministerio de Asuntos Exteriores este jueves, mientras aumenta el riesgo de hambruna debido al limitado acceso humanitario en la conflictiva región de Tigré.

“Todos deben abandonar el territorio de Etiopía en las próximas 72 horas”, precisó el ministerio en un comunicado publicado en su página de Facebook y declaró persona non grata a los siete individuos, que trabajan para varias ONGs internacionales en Etiopía.

Tigré está sumida en un conflicto desde noviembre por combates entre las fuerzas del primer ministro Abiy Ahmed y el Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF), los cuales se han extendido a las zonas vecinas.

Además, la región sigue bajo un bloqueo de facto y la ONU alertó sobre una “catástrofe inminente”, ya que crece el temor a que se produzcan muertes por inanición en la región. La organización mundial había advertido que 400.000 personas se enfrentan a condiciones similares a la hambruna.

El coordinador humanitario de la ONU para Etiopía y uno de los funcionarios que serán expulsados, Grant Leaity, había advertido este mes que las reservas de ayuda de emergencia, dinero en efectivo y combustible “se estaban agotando o estaban completamente agotadas”, mientras que las reservas de alimentos se habían acabado a finales de agosto.

Por otra parte, las autoridades etíopes y el TPLF se culpan mutuamente de obstruir los convoyes de ayuda que intentan llegar a Tigré.