El juicio de Nomia Ndlovu, una expolicía acusada de orquestar el asesinato de cinco familiares y de su novio para cobrar las indemnizaciones del seguro, está cautivando a Sudáfrica desde hace dos semanas.

El comportamiento de esta mujer de 46 años, con el cabello recogido en un moño asimétrico, quien frunce el ceño de manera desafiante o se coloca en poses incoherentes, se suma al pavor que provoca.

Este lunes, durante la reanudación del proceso, la expolicía lucía un vestido verde brillante y un chal, hacía muecas o arrugaba la nariz ante las preguntas. Su postura demasiado relajada parecería una burla hacia el tribunal.

Uno tras otro, el primo, la hermana, el novio, una sobrina, un sobrino y otro familiar fueron encontrados muertos entre 2012 y 2017, apaleados, estrangulados o muertos a balazos.

La acusada habría contratado seguros de vida y funerarios en nombre de cada una de sus víctimas y tras sus muertes reclamaba el dinero correspondiente. Sin embargo, ella niega todo por completo.

“Yo no soy la persona que contrató las pólizas de seguro de mi hermana asesinada”, declaró en lengua tsonga (variante del bantú), para luego ser traducida.

De acuerdo a la fiscalía, habría ganado unos 93.600 dólares (más de 74 millones de pesos).

No obstante, se cree que fueron sicarios lo que hicieron la mayor parte del trabajo sucio, pero se dice que Nomia Ndlovu se ocupó en forma personal de su hermana Audrey, envenenando su té para luego estrangularla.

En 2018, planeaba incendiar la casa de otra de sus hermanas, madre de cinco hijos, uno de ellos aún bebé, cuando el asesino contratado se quebró emocionalmente, y advirtió a la policía.

Tuvo otras iniciativas respecto a otros familiares, como deshacerse de su abuela, pero, nuevamente su cómplice no la secundó en sus objetivos.