El expresidente de Sudán, Omar al Bashir, fue trasladado durante la noche a una cárcel de Jartum, indicó el miércoles un allegado del exmandatario, mientras que los manifestantes continúan reclamando delante del cuartel general de las fuerzas armadas una rápida transición a un gobierno civil.

“Bashir fue trasladado la noche pasada (del martes) a la prisión Kober de Jartum”, indicó.

Bashir, de 75 años, estaba detenido por los militares en un lugar mantenido en secreto desde su arresto tras el golpe con el que lo destituyeron.

Según testigos, el miércoles por la mañana había un importante despliegue de soldados y grupos paramilitares en el sector de esta prisión del norte de Jartum.

“Hay tropas y vehículos con ametralladoras cerca de la prisión”, añadió un testigo a AFP.

La detención de exmandatario no sosegó a los manifestantes, que protestan desde diciembre en contra del gobierno y llevan días acampando delante del cuartel general de las FFAA en Jartum.

Los militares hicieron algunas concesiones a los manifestantes, entre ellas, la destitución el martes del fiscal general, Omer Ahmed Mohamed. Pero los manifestantes seguían determinados.

“Enfrentamos gases lacrimógenos, muchos de nosotros fueron detenidos. Nos dispararon y muchos murieron. Todo esto porque dijimos lo que queríamos”, dijo Fadia Jalaf a AFP.

Las autoridades indicaron que al menos 65 personas murieron durante las protestas desde diciembre.

Hubo festejos delante del cuartel general, pero la inquietud crece, ya que se cree que los militares intentarán dispersar la sentada por la fuerza.

“Tememos que nos roben nuestra revolución, es por ello que estamos aquí, hasta que nuestras demandas se satisfagan”, dijo Jalaf.

Esta semana testigos indicaron que varios vehículos militares rodearon el area y que las tropas removieron barricadas que montaron los manifestantes.

Al tomar el poder el jueves, los militares anunciaron que un Consejo Militar gobernaría el país durante dos años, suscitando reacciones negativas de los líderes de las protestas que pidieron la disolución de la junta.

Un día después, el ex ministro de Defensa, Awad Ibn Ouf, dimitió como jefe de la junta, lo que la calle celebró.

Su reemplazante, el general Abdel Fatah al Burhan, inició el fin de semana conversaciones con los partidos políticos, pero no llegaron a un acuerdo.

La junta militar envió a un representante a la sede de la Unión Africana en Adis Abeba, pero el bloque regional amenazó con suspender a Sudán por el golpe de Estado.

Los 55 miembros de la UA dieron a los militares 15 días para entregar el poder a un gobierno civil, mientras que la ONU designó un nuevo enviado para trabajar junto al bloque regional en una mediación para terminar la crisis.

En Arabia Saudita, el rey Salmán recibió el martes al príncipe heredero de Abu Dhabi, para discusiones sobre Sudán, anunció la prensa saudí, luego del apoyo de estos dos aliados del Golfo a los militares sudaneses. Sudán forma parte de la alianza liderada po Riad que interviene en la guerra de Yemen.

Las potencias occidentales, que ya había presionado a Bashir para que accediera a los reclamos de la calle, mantienen su respaldo a los manifestantes.