El joven de Iloca terminó siendo felicitado por los jueces del estelar de Chilevisión. Sergi Arola fue clave en la misión del cocinero.

Un complejo momento protagonizó Víctor Díaz en el capítulo de anoche de “El Discípulo del Chef”, donde dejó atrás su habitual tranquilidad a raíz de una de las pruebas del estelar de Chilevisión.

El hecho ocurrió durante una de las instancias decisivas de la competencia, cuando debía cocinar una pasta rellena de pollo con pesto. Lo que estaba en juego no era menor: disputaban la inmunidad por permanecer una semana más en el programa.

Fue en ese ajetreo que el joven de Iloca perdió momentáneamente el control de su cocina. “Qué estoy haciendo, conch… Me fui a la mierda también”, dijo a la cámara. ¿El problema? Un error en La preparación de la receta.

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“Te pilla la máquina. Entonces, como que te confundes. Yo estaba haciendo la salsa, el relleno para la pasta, y había un momento en que estaba súper seguro de lo que estaba haciendo cuando me doy cuenta que le estaba echando albaca al relleno, y no era así”, recordó en la entrevista posterior a la competencia.

En ese momento, Díaz colapsó: se tapó la cara, las lágrimas, y se fue a un rincón de la cocina. “Tenía con suerte hecha la masa. Me dije: no alcanzo; no tenía agua hervida, nada. Me frustré y dije ya no sigo”.

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Luego, entró en razón y reflexionó: “A esta altura, quedarme sin hacer nada, después de haber sacado pecho.. Me dije, ¡vamos!”.

En el trámite del programa, el aprendiz supo sortear la prueba con la ayuda de Sergi Arola, quien lo asesoró para modificar la preparación. En la evaluación de los jueces, el otrora “Zafrada” se llenó de elogios.

“Te felicito antes de probarlo. Has sacado de donde no tenías y has hecho el plato”, comentó Arola.