Este martes comenzó el esperado nuevo ciclo de Verdades Ocultas, el que esta vez dio un salto de tiempo de 25 años.

El episodio comenzó con la nueva vida de Rocío (Solange Lackington) en España, quien ahora está casada con Leonardo (Carlos Díaz), matrimonio del que nació una hija de nombre Martina (Camila Hirane).

En Chile, en tanto, las cosas cambiaron. Tomás (Cristián Campos) sigue viviendo con su hijo Benjamín (Gabriel Úrzua), quien tiene una pésima relación con su hermano Cristóbal (Matías Oviedo), que además es completamente opuesto a él.

Tan mala es la relación, que el hijo de Rocío ni siquiera saluda a su hermano por su cumpleaños. No obstante, sí lo hace María Luisa (Cecilia Cucurella), su abuela. Cristóbal la llama “Nona”.

De hecho, ambos comparten una breve escena, donde llamó la atención una curiosa broma. Cuando el joven va a darle un abrazo para saludarla, ella le dice: “¿Te desinfectaste las manos tú? Porque yo no sé dónde estuviste metido”.

En ese momento Cristóbal le responde: “Pero Nona, si la cuestión de la pandemia pasó ya hace como 30 años…”, haciendo referencia a la actual pandemia de coronavirus.

Recordemos que si bien han pasado más de dos décadas, la producción nunca ha explicado explicitamente el año en el que se desarrolla la historia. De hecho, ni siquiera la escenografía da pistas de ello, pues todo sigue muy parecido a como lo conocimos en los ciclos anteriores.

Hace un tiempo el jefe de guiones de la producción, Carlos Oporto, aseguró que la historia no estaría ambientada en 2045. “En esta teleserie utilizamos un recurso narrativo bastante usual en los cómics y en las series de larga duración, que se llama ‘línea de acción flotante’. Es decir, que el tiempo está al servicio de la historia y de los personajes, independientes del año en que transcurre la acción”, afirmó a El Mercurio.

“Esto nos abre la oportunidad de poder saltar 25 años, pero que los personajes envejecidos sigan desenvolviéndose en el mundo que conocemos hoy”, cerró.