Se trata de una locación clásica de esta cinta, aunque no está localizada en Miami, como se creía.
Toda buena película, o serie, siempre deja hitos o elementos claves para la memoria de los fans, detalles que de vez en cuando es bueno analizar con mayor profundidad. Mi pobre angelito, un clásico de Navidad, no es la excepción.
La segunda parte de estas producciones, cuando Kevin McAllister (Macaulay Culkin) se pierde en Nueva York, posee una escena bastante característica, aunque muy pocos han indagado en ella. Se trata de la noche que la familia llega hasta su modesto hotel en Miami, donde las vacaciones iban a ser inicialmente.
Dentro de la ficción aquel recinto fue denominado como “Villa El Delfín”, un lugar de paso que dejó literalmente con la boca abierta al clan, pero no por una buena razón.
Al ver la escena muchos ya podíamos entender esas caras, como queriendo expresar un sentimiento similar a: “No puedo creer que vayamos a pasar la Navidad en este lugar tan horrible”.
El remate de esta pieza audiovisual es lo mejor, cuando el Tío Frank dice: “No se veía tan mal en nuestra luna de miel”, dando a entender que había pasado su primer viaje de matrimonio en ese lugar.
Villa El Delfín
Antes de contar detalles de la locación, hay que explicar parte del contexto que envolvía la icónica escena, y todos los hechos que llevaron a la familia a llegar hasta esa zona.
Dentro de la ficción, hay que recordar que Kevin quedó con el bolso de su padre en el aeropuerto, cuando el clan se perdió y el pequeño tomó el avión equivocado hacia la ‘Ciudad de los Rascacielos’.
En ese bolso el progenitor del niño tenía dinero en efectivo y tarjetas de crédito, por lo que se presume que gran parte del capital que tenía la familia había quedado en manos de Kevin. Por lo tanto, los McAllister no tenían espacio para lujos.
Ante esto, y teniendo en cuenta que en 1992 no existían sitios de internet de reserva de vuelos y hoteles, el Tío Frank habría recomendado ir a “Villa el Delfín”, debido a que conocía el lugar desde su Luna de Miel.
Con el paso de las escenas la situación tomó gran notoriedad, sobre todo al realizar la comparación sobre cómo pasaron la Navidad los personajes: Kevin en el hotel más lujoso de Nueva York y sus familiares en un lugar mucho más modesto en Miami.
De acuerdo al sitio estadounidense Iamnotastalker, que se dedica a revisar locaciones de cintas icónicas, aquel hotel efectivamente existió, aunque tenía un nombre diferente y estaba localizado en Malibú, California.
En realidad este recinto se llamó “Rochelle” (sólo fue rebautizado en la película) y estuvo situado en aquella zona por más de 40 años, hasta que dejó de operar en 1988 y, finalmente, fue demolido en 1995, sólo tres años después del lanzamiento de la película.
El hotel apareció en dos ocasiones durante la producción, en la escena cuando la familia llega y queda decepcionada por su deteriorada apariencia, y en el momento que Kate (Catherine Anne O’Hara), madre de Kevin, recibe una llamada de la policía, cuando le notifican que habían encontrado a su hijo.
Esto da a entender que los actores nunca viajaron hasta Miami para grabar la película, sino que se concentraron en Chicago, Nueva York y Los Ángeles.
De acuerdo al sitio, el lugar estuvo deshabitado varios años hasta que, en 2005, se convirtió en una zona de estacionamientos del aeropuerto de Long Beach, algo triste para los fans de la película.
