Con 31 años, el español Pablo Alborán se ha convertido en uno de los músicos más escuchados en el pop romántico occidental en los últimos años. En la edición 2020 de los Latin Grammy aspira a dos galardones en las categorías de Mejor canción pop y Mejor grabación del año. Sus cuatro discos han alcanzado el número 1 en ventas en España y altos puestos en países latinos.

Pero el éxito no es gratuito. La vida privada del intérprete de Prometo, oriundo de Málaga, se ha visto comprometida. En junio pasado, a través de Instagram, el cantante reveló su orientación sexual. “Estoy aquí para contaros que soy homosexual. Y no pasa nada, la vida sigue igual. Yo necesito ser un poquito más feliz de lo que ya era”, dijo en el emotivo registro.

Pero si hay un asunto que ha sabido cuidar de su vida personal, es su familia. Poco habla sobre ella. Se sabe que su padre, Salvador Moreno de Alborán es un destacado arquitecto español y nieto del primer Marqués de Alborán, el almirante Francisco Moreno. El Marquesado de Alborán fue creado en 1950 por el dictador Francisco Franco. Un tema delicado. Su madre, en tanto, es de origen francés aunque sus padres son españoles. Se llama Elena Ferrándiz Martínez.

Su hermano, la “sombra”

Salvador Moreno de Alborán es el nombre del hermano del músico español. Es, según ha dicho en entrevistas, su sombra, quien lo ayudó a comenzar en la música y hasta su “padre”. En su vida laboral se desempeñó como director de arte y diseñador gráfico en la empresa McCann Erickson, en Marruecos. Ahora tiene su propia agencia, Bamstudio. Estudió en la Universidad Complutense de Madrid y, poco ha poco, se ha transformado en un reputado experto en las artes.

“Mi primera guitarra se la robé a él. Tocaba por las noches cuando yo a lo mejor ya estaba dormido. Él llegaba, tocaba la guitarra y yo me quedaba con el soniquete. Y un día pues me acuerdo que poco a poco se la quitaba y me iba al baño a tocar porque había muy buena acústica”, contó el intérprete de No vaya a ser según recoge el portal español Divinity.

“Un día me pilló, me empezó a escuchar y me dijo: ‘oye, no estaría mal que dieras clases porque se ve que te gusta”, agregó.

Vanityfair detalla que con sólo 10 años, Alborán ya habría escrito su primera canción, Malva, que iba dedicada al vestido que en ese momento llevaba puesto su madre. Con 12 ya había compuesto Amor de barrio y Desencuentro. Muy prematuro. Ambas canciones las incluyó en su primer disco de 2011, que lleva su nombre.

Salvador es tan importante en la vida de su hermano que se convirtió en el director de su Tour Prometo, la cuarta gira mundial que lo trajo a Chile en 2018. En abril estuvo en Santiago, Concepción y Temuco. “Me hace todo: las giras, diseños, portadas de disco, videoclips… Ha sido hasta mi padre también”, reveló Alborán al medio.

Captura | Youtube

Respecto de su trabajo, Salvador comentó en un video publicado en Youtube que “evidentemente con Pablo, teniendo la suerte de que es mi hermano, tengo una comunicación muy fluida con él. No deja de ser un cliente, pero es un cliente al que puedo llamar a todas horas y que siempre me va a decir la verdad, aunque muchas veces la verdad de una manera muy cruda tiene su parte positiva y negativa”.

“Pablo Alborán tiene algo impresionante, que es una voz increíble y un talento musical brutal”, cerró el hermano.

El músico español está a la espera de que el próximo 6 de noviembre salga a la venta su nuevo disco Vértigo. Ya lanzó el single Si hubieras querido, que estará incluido en este quinto álbum.

“Es el título más honesto que podía darle a este álbum. Porque amar da vértigo, que no te quieran da vértigo, el momento que estamos viviendo (la pandemia) da vértigo. Pero por otro lado, si no sientes vértigo, es que no estás vivo”, había declarado sobre su nuevo trabajo.