Este domingo 17 de noviembre, la historia de la reina Isabel II regresa a Netflix con la tercera temporada de The Crown, una de sus series más ambiciosas y exitosas.
Esta vez, la ganadora del Óscar Olivia Colman llega a ocupar el rol de la monarca que durante los últimos años estuvo a cargo magistralmente de Claire Foy.
Pero no sólo Foy dijo adiós, ya que todo el elenco fue reemplazado para ilustrar una época de mayor madurez de la Reina.
Colman consigue perfectamente seguir el ritmo de Foy, aunque dando al personaje un aire de sabiduría para demostrar que ha pasado 25 años en el trono.
A la vez, consigue con pequeños gestos -que muchos podrían pasar por alto- transmitir emociones en un rostro completamente impasible. De hecho, una escena donde se ve correr una lagrima por su rostro, llega a emocionar al espectador.
Tobias Menzies, en tanto, se suma para reemplazar a Matt Smith como el príncipe Felipe, quien ahora parece haber perdido el ímpetu que lo caracterizaba, para convertirse en un personaje sin mucho brillo y que siempre queda relegado a mero acompañante, aunque con algunos consejos sabios.
Pero sin duda, el cambió más llamativo de todos es el de Vanessa Kirby por Helena Bonham Carter, como la princesa Margarita, la hermana de la reina Isabel.
El personaje no sólo bajó varios centímetros (Kirby mide 1 metro 70 cm y Boham Carter 1 metro 57 cm), sino que su personaje cobró mayor notoriedad.
La rivalidad con su hermana se hizo más notoria, así como también su personalidad díscola y llamativa, muy parecida a la de la propia actriz. De hecho, en un capítulo centrado en ella, se puede ver cómo utiliza su carácter para salvar a Inglaterra en un momento crucial.
Uno de los puntos más altos de la nueva temporada, es la introducción de las versiones adultas de los hijos mayores de la Reina, el príncipe Carlos y especialmente la princesa Ana.
De uno de los miembros con más bajo perfil de la familia real, crean un personaje brillante a tono con el mundo actual y completamente empoderada.
Sarcástica y con humor negro, la princesa Anna fácilmente se convertirá en el rol favorito de los fans más jóvenes de la serie. Aunque sus intervenciones no son muchas, cada uno de sus diálogos deja en claro sus ideas feministas y hasta reconoce sin problemas a sus padres que había estado con un hombre sólo por diversión.
Por su parte, los guionistas hacen un trabajo de joyería con el príncipe Carlos, mostrando cómo las normas y responsabilidades impuestas por su familia, aplastan al joven que comenzaba a tener ideas propias y progresistas.
Además, se deja cada vez más claro el frío trato entre madre e hijo, quien en un momento le da a entender que sus ideas y pensamientos no son importantes para la Corona.
Quizás la parte más telenovelesca de toda la serie, fue el cuadrado amoroso entre Camilla Shand (posteriormente Parker Bowles), Andrew Parker Bowles, el príncipe Carlos y la princesa Anna.
Los enredos, los celos y la intervención de las familias, así como los corazones rotos y un matrimonio arreglado, parecían sacados de una novela mexicana… aunque siendo justos, parte de esa historia fue cierta.
Como ha sido costumbre, la serie cuida con atención cada uno de sus detalles, jugando también con filtros y utilizando locaciones espectaculares. Los peinados, maquillajes y joyas vuelven a acaparar las miradas y suelen ser replicas exactas de lo usado por los reales miembros de la familia.
El regreso de The Crown es mucho más dinámico que sus ciclos anteriores y muestra momentos históricos en la vida de la Reina y de Inglaterra, como su reacción ante la Catástrofe de Aberfan, en 1966 (donde murieron más de 120 niños); el casi Golpe de Estado encabezado por Lord Mountbatten; y los escándalos maritales de su hermana.
Los 10 episodios de la nueva temporada se estrenarán este 17 de noviembre.
