Jennette McCurdy (26) sólo tenía ocho años cuando entró al mundo del espectáculo. Poco después de su temprano debut como actriz comenzaron sus problemas con los desórdenes alimenticios.

Así lo contó la joven en un extenso relato al medio estadounidense The Huffington Post, en donde relevó que su obsesión con la comida empezó en la preadolescencia cuando su madre, fallecida a raíz de un cáncer en 2013 y que sufrió anorexia, le ayudaba a contar las calorías de los alimentos que ingería.

“En mi niñez, la única cena que la vi comer era un plato de brócoli al vapor y coliflor con una pizca de sal de ajo para darle sabor”, recordó. “Mamá había sido hospitalizada por anorexia en varias ocasiones cuando era una adolescente y no estoy convencida de que alguna vez haya superado su trastorno alimentario”, escribió.

Foto de 2004 | Stephen Shugerman | Getty Images North America | AFP
Foto de 2004 | Stephen Shugerman | Getty Images North America | AFP

Es así como McCurdy reconoció que su obsesión por mantenerse delgada, gracias a las exigencias del medio que la contrataban por su aspecto infantil, fue fortaleciéndose con las indicaciones de su mamá.

“Siempre recuerdo sentir que mi madre realmente luchaba con mi cuerpo, peso y dieta. Regularmente comparaba mi talla con la de otras chicas. Ella me repartía las comidas. Ella me ayudaría a contar calorías”, detalló.

Jennette McCurdy no había identificado un problema hasta que en una clase de baile, con sólo 12 años, las madres de sus compañeras mostraron preocupación por su delgadez. “Si alguien pregunta, sólo diles que estás comiendo normalmente”, recordó que le dijo su mamá.

“Ese año reservé seis roles, todos para personajes varios años más jóvenes que yo. Justifiqué el ‘apoyo’ de mi mamá a mi trastorno alimenticio”, expresó.

Foto de 2009 | Frederick M. Brown | GETTY IMAGES NORTH AMERICA | AFP
Foto de 2009 | Frederick M. Brown | GETTY IMAGES NORTH AMERICA | AFP

A los 14 años, la joven entró a la serie de Nickelodeon iCarly y su situación empeoraba: “Vigilaba cada bocado que tomaba. Hacía ejercicio obsesivamente. Medía mis muslos con una cinta métrica todas las noches antes de acostarme”.

Cuatro años después, convertida en una estrella gracias a la serie infantil y fortaleciendo su carrera paralela como cantante, su madre fue diagnosticada de cáncer terminal. “Mamá se estaba muriendo y no podía manejar las presiones de todo lo que sucedía a mi alrededor. Pero esta vez, en lugar de alejarme de la comida, recurrí a ella”, contó. “Así comenzó mi fase de atracones”, aseveró.

McCurdy explicó que la muerte de su mamá y los cuestionamientos sobre su éxito en iCarly fueron el impulso que la volvieron bulímica. “Mi gran ‘contribución’ a la sociedad fue caminar en un set de Nickelodeon con gritos sobre el pollo frito (a mi personaje le gustaba el pollo frito) y eso es lo que los niños admiraban (…) la superficialidad de mi éxito que me hizo sentir mal. Ese resentimiento se agravó, proporcionando aún más combustible para mis desórdenes alimenticios”, dijo.

“Cuando comencé a vomitar por primera vez después de comer, me emocioné sinceramente. ¿Me estás tomando el pelo? ¿Podría comer lo que quisiera y luego lanzarlo de nuevo y evitar las consecuencias de comer (también conocido como ganar peso)? ¡Era lo mejor de ambos mundos!”, señaló.

Toby Canham / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP
Toby Canham / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP

Jennette McCurdy reconoció que luego de un tiempo se sintió avergonzada por no ser capaz de no comer nada, cómo “suelen hacerlo las chicas de Hollywood”. “Analicé mi bulimia y me sentía terrible. Me dije a mí misma que si fuera mejor en esto, si estuviera realmente comprometido, sería capaz de no comer”, expresó. En ese momento vomitaba hasta siete veces por día.

“La garganta me sangraba con frecuencia y me salían los vasos sanguíneos por los vómitos. Una vez perdí un diente después de que los líquidos estomacales regurgitados desgastaron mi esmalte. Otra vez me desmayé en el piso del baño de mi amigo por deshidratación”, dijo.

2013 | Frazer Harrison / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP
2013 | Frazer Harrison / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP

La joven pasó tres años más con bulimia. “Ninguna persona en la industria del entretenimiento me enfrentó al respecto (…) y todos lo sabían”, señaló. Esta situación cambió cuando fue a cenar con su hermano y cuñada y ésta la encontró vomitando en el baño.

Jennette se acompañó por varios meses de una terapeuta y luego asistió a un centro de ayuda. Luego, a los 23 años, se atendió con un especialista en trastornos de la alimentación

“La recuperación fue brutal. Sentí que terminé con un mal novio a quien amaba, aunque sabía que no debía. Me trató mal, arruinó mi vida, me devastó constantemente y, sin embargo, sin él, ¿quién era yo realmente?”, señaló.

En la publicación, McCurdy contó que lleva dos años recuperándose a pesar de pequeñas recaídas. “Después de pasar mucho tiempo en la terapia trabajando conmigo misma y confrontando lo que experimenté, finalmente siento que tengo la perspectiva necesaria para escribir sobre lo que he pasado y tal vez, con suerte, pueda ayudar a alguien que esté pasando por eso. Lo mismo se siente menos solo”, dijo.

“Realmente quiero ayudar a cambiar esto, al alentar a las personas que luchan con una alimentación desordenada a que hablen de manera abierta y honesta al respecto”, expresó.