Cuando la princesa Diana aceptó casarse con el príncipe Carlos, no tenía idea que el corazón de él estaba ocupado por otra mujer. El futuro rey de Inglaterra estaba completamente enamorado de Camilla Parker Bowles, sin embargo, su relación era imposible.

Camilla estaba casada y además era católica, por lo que la reina Isabel II jamás consentiría un matrimonio entre ambos. Esto, sin embargo, no fue un impedimento para que la pareja comenzara un amorío extramarital que terminó por romper la relación de Carlos y Diana.

Pero ese no fue el único triángulo amoroso en el que se vio involucrada Camilla con un miembro de la familia real, pues algunos años antes, también le quitó el novio nada menos que a la hermana del príncipe de Gales.

Camilla nació en Londres en 1947, dentro de una familia inglesa aristócrata. Asistió a las mejores escuelas y estudió francés y literatura francesa en el Instituto de la Universidad de Londres de París.

Siempre con una personalidad fuerte y decidida, se convirtió en una de las chicas más populares entre los jóvenes de la época, pero ella tenía ojos sólo para un hombre: Andrew Parker Bowles.

Andrew era miembro de las Fuerzas Armadas proveniente de una familia millonaria y aristócrata, por supuesto. Sus padres eran muy amigos de la madre de la Reina, por lo que él creció con una relación cercana a Isabel II e incluso fue paje en la coronación de la monarca.

Con el tiempo, se convirtió uno de los oficiales favoritos de la actual reina, y un amigo cercano a los hijos de ella, con quienes compartía su pasión por el polo y los caballos.

Sin embargo, también contaba con una reputación de “playboy” amante de las fiestas y las mujeres.

Una princesa rebelde

Camilla se enamoró de él cuando tenía 17 años, y aunque había un coqueteo mutuo, Parker Bowles siempre la mantuvo en línea de espera, dándole esperanzas de que algún día podrían estar juntos.

En 1970 y tras regresar de una campaña en Irlanda del Norte junto a su regimiento, se acercó aún más a los hijos de la Reina. En esa época se integró al equipo de polo de Carlos y comenzó a cortejar a la princesa Anna, la hermana menor del príncipe Carlos.

La joven de 20 años no fue fácil de conquistar, ya que tenía un carácter muy diferente al de su hermano. No sólo era la favorita de su padre, el príncipe Felipe, sino que también tenía una personalidad fuerte y su única pasión eran los caballos. “Si algo no se tira peos ni come paja, a Anna no le interesa”, señaló su padre en una oportunidad.

Parker Bowles estaba encantado con el reto y según comentó un amigo del oficial de Ejército, el hombre habría dicho que “no hay nada más emocionante que apostar por lo prohibido”.

Lo que jamás consideró es que se enamoraría y ella se convertiría en su verdadero amor.

La relación de la joven pareja llenó páginas de numerosos tabloides británicos, que esperaban una infidelidad de Andrew que jamás llegó. Según consigna el diario británico Daily Mail, en ese periodo no fue visto con nadie más y ambos se mostraban más que sonrientes.

La familia real también estaba contenta con la amistad de los jóvenes, incluso la Reina invitó al oficial al Castillo de Windsor para unirse a la celebración anual de Ascot.

Paralelamente, Camilla decidió acercarse al príncipe Carlos para sacarle celos a Andrew, lo que terminó con el futuro rey perdidamente enamorado de ella. Sin embargo, ella estaba decidida a casarse con Parker Bowles por lo cual siguió acercándose a él de todas las formas que le fueron posibles.

En tanto, al darse cuenta que su relación con Anna tampoco llegaría a buen puerto, ya que la Reina no daría su bendición debido a que él es católico, Andrew decidió terminar con la princesa y cumplir el sueño de Camilla.

Tras siete años de idas y venidas, en 1973 Andrew le pidió matrimonio a Camilla y se casaron en una ceremonia católica romana. A la boda fueron invitadas la Reina Madre, la princesa Margarita e incluso la princesa Anna y el príncipe Carlos, quien se excusó de asistir.

Un año después nació el primer hijo de los recién casados y fue entonces cuando comenzaron los problemas. Andrew viajaba mucho y pasaba poco tiempo en casa, periodos en los que también le seguía siendo infiel a Camilla. Más tarde aseguraría que ella estaba más enamorada de él que él de ella.

Los años pasaron y Camilla llegó a la conclusión que su esposo no cambiaría y que además nunca la amaría como ella a él, sin embargo, no se separaron hasta 1995, viviendo durante mucho tiempo con el temor de que el hombre fuera a dejarla.

La princesa Anna, por su parte, se casó con el capitán Mark Anthony Phillips el 14 de noviembre de 1973 en la abadía de Westminster.

El matrimonio tuvo dos hijos y rechazaron el ofrecimiento de la Reina de otorgarle tratamiento real a los niños, como ocurre con todos los miembros de la realeza. Finalmente Anna y Phillips se separaron en 1992, y meses después ella contrajo matrimonio con el vicealmirante sir Timothy James Laurence.

Andrew y Anna siguen siendo amigos hasta el día de hoy, y es común verlos juntos observando deportes ecuestres.