El anteriormente ejecutivo de Enami, quien fue despedido luego de la llegada de Aurora Williams al Ministerio de Minería, expuso sobre algunas de las razones detrás de la crisis financiera que azota a la estatal, vital para gran parte de la pequeña y mediana minería nacional.

En medio de la labor de la Comisión Especial de la Cámara de Diputadas y Diputados sobre la Empresa Nacional de Minería (Enami), el ex vicepresidente ejecutivo de la estatal, Jaime Pérez de Arce, entregó diversas declaraciones sobre la situación actual de la compañía.

Recordemos que la empresa atraviesa un complejo escenario financiero con pérdidas, destrucción del patrimonio de la misma y una carga de deuda difícil de afrontar.

Aspectos como estos fueron los que rodearon la decisión tomada por Aurora Williams a su llegada al ministerio de Minería, donde Pérez de Arce fue sacado de su cargo, y en su reemplazo fue nombrado Iván Mlynarz Puig.

La obsolescencia le estaría ganando a Enami

Según detallaron desde la Cámara en un comunicado, Pérez de Arce dio cuenta de la situación límite de Enami, con complejos industriales que estarían “obsoletos”, a la vez que la presencia de la estatal sería vital para existencia de la pequeña minería.

Apuntó también a Paipote (Fundición Hernán Videla Lira), su atraso en materia de infraestructura, emisiones y producción económica, por lo que en 2019 se debió comenzar la construcción de una nueva fundición, la cual comenzara sus operaciones en 2022, pero cuyo proyecto se encuentra en pausa.

Sin embargo, el ex vicepresidente ejecutivo sostuvo que, a pesar de las malas decisiones o irregularidades que llevaron a tal situación, el punto clave está en que la compañía cayó en una “obsolescencia”, dejando de cumplir su objetivo de forma eficiente.

“Mientras ese tema no se resuelva es muy difícil que Enami pueda salir de esta situación porque su problema principal es de estructura. El negocio de la empresa es la metalurgia; si las condiciones son obsoletas, el modelo de la empresa no tiene como sostenerse en el largo plazo”, dijo.

El papel del Estado en la crisis de Enami

Por otro lado, el ejecutivo también lanzó dardos hacia el papel del Estado chileno, dado que, tal como indicó “su dueño no solo nunca ha invertido (en Enami), sino que además la ha descapitalizado (…) en 1999 se le retiraron US$160 millones por concepto de utilidades anticipadas”.

Junto con lo anterior, los instrumentos de fomento usados por la estatal para ayudar a la pequeña y mediana minería no habrían cambiado desde 2003, cuando se promulgó el Decreto Supremo 76 que estipulaba tales recursos, los cuales ascendían a US$8 millones.

“Han pasado 20 años y siguen siendo US$8 millones que no han sido reajustados ni siquiera al IPC. A ello se agrega que en ese tiempo eran cerca de 400 productores apoyados; hoy son cerca de mil”, sentenció.

En este sentido, postuló que una mejora en la situación de Enami pasa por un consenso entre actores políticos y económicos en materia de modernización y apoyo a la empresa.