Tal como ocurrió con SQM, Corfo le explicó a Albemarle que las operaciones en el Salar de Atacama mantendrán la misma lógica que se ha tenido hasta ahora: La Corporación seguirá siendo la dueña de las pertenencias mineras. Mientras que la explotación se realizará vía contratos de arrendamiento , avanzando paulatinamente en la incorporación del Estado.

Ayer lunes fue el turno de SQM en Corfo y hoy, el de Albemarle Chile.

Eso porque al mediodía de este martes el vicepresidente ejecutivo de la Corporación, José Miguel Benavente, y el vicepresidente de Asuntos Externos para Latinoamérica y Country Manager de Albemarle Chile, Ignacio Mehech, se reunieron para abordar los contenidos de la Estrategia Nacional del Litio presentada por el presidente Gabriel Boric la semana pasada.

En especial, dialogaron sobre aquellos aspectos relativos a la explotación del Salar de Atacama, donde participa la empresa norteamericana.

Tal como ocurrió con SQM, Benavente explicó al ejecutivo de Albemarle que las operaciones en el Salar mantendrán la misma lógica que se ha tenido hasta ahora: Corfo seguirá siendo la dueña de las pertenencias mineras.

“Mientras que la explotación se realizará vía contratos de arrendamiento con la Corporación, avanzando paulatinamente en la incorporación del Estado a las actividades de explotación a través de alianzas público-privadas con mayoría estatal en la propiedad”, detalló la Corporación en un comunicado.

Reunión entre Corfo y Albemarle

Benavente reiteró el mensaje del Presidente de la República en el sentido de que “el compromiso del Gobierno y de Corfo es el respeto absoluto de los contratos vigentes”.

Y, teniendo en cuenta que este acuerdo específico rige hasta 2043, planteó que las conversaciones más urgentes entre Corfo y esta compañía “son el cierre del proceso de arbitraje pendiente entre ambas partes y la implementación de un cambio tecnológico en los procesos productivos”.

“Avanzar en la implementación de tecnologías de extracción directa con reinyección de salmuera (DLE/R) y la reducción del consumo de agua fresca son desafíos que se pueden abordar en el corto plazo con Albemarle”, comentó Benavente.

“Estos pueden tener un impacto muy positivo en el ecosistema del Salar de Atacama y en la disponibilidad del recurso para las comunidades y pueblos originarios, permitiendo, eventualmente, un aumento sostenible de la producción en el mediano plazo en el marco de la normativa ambiental y el contrato vigente”, añadió.

El vicepresidente ejecutivo de Corfo afirmó que “la entrada del Estado a la actividad productiva a través de una asociación público-privada y una posible extensión más allá de 2043 deberían ser temas que se aborden en un futuro más cercano a la fecha de término del contrato, y siempre en la búsqueda de un acuerdo conveniente para ambas partes”.

Por su lado, el gerente de Albemarle, Ignacio Mehech, declaró que “somos y seguiremos siendo socios del Estado de Chile a través de Corfo. La certeza jurídica es un valor que ha permitido a Chile desarrollarse y desarrollar la actividad minera por lo que la declaración del Presidente del respeto irrestricto de nuestro contrato hasta 2043 es una señal inequívoca al mercado que nos permite potenciar el compromiso que tenemos con Chile”.

El ejecutivo también valoró los compromisos y opinó que “la nueva era del litio está en total sintonía con la estrategia del litio que ha trazado el Gobierno”.

“Estamos dando pasos concretos para evolucionar hacia sistemas de extracción directa, que deben ser estudiados con mucha responsabilidad, son muy intensivos en el uso de energía, por lo que nos hemos conectado al sistema eléctrico nacional, y muy intensivos en el uso de agua”, finalizó.