Con paro parcial, planes de ahorro, vacaciones adelantadas y otras medidas, las empresas están luchando por hacer frente a la epidemia de nuevo coronavirus que afectará de forma duradera su actividad, e incluso amenazará la supervivencia de algunas de ella.

Suspensión de la producción

Varios mastodontes industriales, sobre todo en la industria del automóvil, han adoptado medidas para limitar o suspender su producción.

El martes, el primer grupo automovilístico del mundo, Volkswagen, declaró que esta semana cerraría “la mayoría” de sus fábricas en Europa por “dos o tres semanas”.

El beneficio operativo en el primer trimestre será “al menos dividido por dos”, según el director financiero Frank Witter.

Airbus suspenderá también la producción durante cuatro días en Francia (48.000 empleados) y en España (2.700 empleados).

La compañía francesa Hermes cerrará hasta fines de marzo todos sus sitios franceses, una cuarentena de fábricas y curtidurías que emplean a 9.500 personas.

El grupo fabricante de automóviles francés PSA, que emplea a 51.000 empleados en Francia, cerró todos sus sitios de producción en Europa.

El fabricante francés de automóviles Renault decidió suspender la producción en todas sus plantas en Francia y España hasta nueva orden.

El constructor italo-estadounidense Fiat Chrysler (FCA) cierra “la mayoría de sus fábricas europeas” en Italia, Serbia y Polonia, lo que representa un tercio de la capacidad de producción, hasta el 27 de marzo.

Pixabay
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Gucci (grupo Kering) cerró todas sus instalaciones de producción hasta el 20 de marzo, Ferrari hizo lo mismo hasta el 27 de marzo con sus fábricas de Maranello y Módena (Emilia-Romaña, norte), al igual que el constructor naval Fincantieri en todas sus instalaciones italianas, hasta el 29 de marzo.

El grupo francés de neumáticos Michelin decidió interrumpir la producción de sus fábricas durante “al menos una semana” en España, Francia e Italia. Esto afecta a más de 20.000 trabajadores en 21 emplazamientos.

Desempleo parcial y vacaciones anticipadas

Michelín dijo el lunes “examinar los procesos de compensación” para los asalariados, “dependiendo de los dispositivos en cada país”.

Al igual que Fincantieri, que pidió a sus empleados que utilizarán anticipadamente las vacaciones estivales, la compañía rusa Aeroflot pidió a sus empleados con vacaciones acumuladas que las disfrutaran.

La compañía de bajo coste Ryanair, que anticipa una reducción de su oferta por un 80% para abril y mayo, va a congelar las contrataciones y proponer “salidas voluntarias”, de “suspensión temporal del contrato y reducciones significativas de las horas de trabajo”.

Lufthansa también congeló contrataciones, lo que podría reducir hasta un 90% sus capacidades de larga distancia.

Air France-KLM, que reducirá su oferta del 70 al 90% en los dos próximos meses, va a “consultar a las instancias representativas” del personal sobre medidas “que tomen en cuenta el impacto de la baja actividad”.

Planes de ahorro

El grupo Air France-KLM, que contempla “una trayectoria financiera fuertemente degradada” para 2020, se esfuerza por “asegurar sus finanzas” previendo 200 millones de euros de ahorro para 2020, o incluso una reducción de 350 millones de euros de su plan de inversión 2020.

Para preservar la liquidez, Lufthansa planea no pagar un dividendo para su año fiscal 2019 mientras el fabricante de turbinas MTU está estudiando la congelación de pagos.

El grupo alemán TUI, número uno en el mundo del turismo con 70.000 salariados, también anunció medidas “drásticas” de reducción de costos y suspendió “la mayor parte” de sus actividades.

Pedidos de ayuda

El gobierno italiano anunció su intención de nacionalizar la compañía Alitalia, que está en dificultades desde hace años.

En Francia, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, no descarta la nacionalización “si es necesario” de algunas grandes empresas en peligro.

Además, TUI pidió “préstamos garantizados por el Estado hasta que la actividad haya podido reanudarse normalmente”.

El gobierno alemán prometió un paquete “ilimitado” de préstamos distribuidos por un banco público, KfW, que dispondrá para comenzar de una reserva de 550.000 millones de euros.

Lufthansa podría solicitar ayuda estatal en los países europeos donde opera.