El déficit fiscal llegó a su mayor nivel en ocho años al cerrar 2017 en el 2,8% del Producto Interno Bruto (PIB), una décima por encima de la última estimación del Ejecutivo según la Dirección de Presupuestos (Dipres). De esta forma, los gastos del Gobierno central subieron un 4,7%, mientras que los ingresos lo hicieron en igual porcentaje.

Con ello, el stock de deuda pública subió hasta el 23,8% del PIB el año pasado, alcanzado la proporción más alta con relación al producto desde 1993.

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Además, el director de Presupuestos, Sergio Granados, aseguró que -en términos de resultados- el déficit estructural no se logró reducir en 0,25 puntos porcentuales en 2017, tal como establece la regla fiscal, sino que en 0,1 puntos porcentuales.

Así, el balance estructural cerró el año pasado en un -1,7%, según los datos preliminares entregados por la Dipres.

Según la entidad, el erario del año pasado tuvo una sobre ejecución de 0,5%. Esto, a raíz de la ejecución de 114,9% que tuvo el Ministerio de Salud en gasto corriente debido al aumento de la llamada deuda hospitalaria.