En el descubrimiento, dado a conocer hoy -lunes de 8 de enero- en la reunión de la American Astronomical Society en Nueva Orleans (Estados Unidos), participó la astrónoma de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Mónica Rubio.

El equipo internacional de investigadores descubrió 23 concentraciones o grumos de nubes moleculares muy pequeñas y densas, que son los sitios donde se forman las estrellas. Esto en una zona muy alejada de la galaxia M83, un sitio donde ya no se ven estrellas y donde no se esperaba encontrarlas.

“Los astrónomos estamos ansiosos por conocer cuál es el proceso para formar estrellas. Es todavía una interrogante a entender: cómo, dónde y cuándo nacen nuevas estrellas en el universo. Este descubrimiento nos permite avanzar en este proceso, ya que sin estrellas no hay luz y, por lo tanto, no hay evolución en el universo”, indica Mónica Rubio, quien es además Premio Nacional de Ciencias Exactas 2021.

Para realizar este hallazgo se utilizó el radiotelescopio milimétrico ALMA (Atacama Large Milimetrical Array), que se encuentra en el norte de Chile en el desierto de Atacama, el cual apuntó al borde de la galaxia M83, donde hay gas formado por átomos de hidrógeno, el que no es capaz de formar estrellas. Pero ahora se detectó la emisión de la molécula de monóxido de carbono.

“Estas emisiones son distintas a la que habitualmente hemos encontrado en las nubes moleculares, ya que una gran cantidad, un gran volumen del envoltorio de ellas es invisible y resulta que ahora pudimos detectar el corazón de dichas nubes pequeñitas”, comenta Mónica Rubio, astrónoma de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.

“En general, para formar las estrellas necesitamos que las zonas sean densas y oscuras y frías. Mi contribución a este trabajo fue aportar mi experiencia sobre las propiedades de estas nubes emplazadas en pequeñas galaxias con pocos ingredientes para formar moléculas, galaxias enanas de baja metalicidad”, agrega.

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Jin Koda

La investigación en el borde lejano de la galaxia M83 revela una formación estelar inusual en un ambiente muy extremo. El área, delineada en amarillo, muestra los datos de varios instrumentos diferentes. De izquierda a derecha: imagen óptica de CTIO, imagen ultravioleta de GALEX, imagen HI 21 cm del VLA y GBT, y CO(3-2) de ALMA. En esta última imagen, los “corazones” de formación estelar se muestran las nubes moleculares, rodeadas de un círculo blanco.

La búsqueda sobre las estrellas continúa

Ahora el equipo pretende seguir con una investigación más a fondo de estas nuevas regiones y determinar sus propiedades, utilizando el radio observatorio ALMA.

Esta investigación fue la continuación de un trabajo comenzado por Celia Verdugo, estudiante de la Dra. Rubio que posteriormente hizo su doctorado en Francia, bajo la guía de la profesora François Combe.

La investigación fue ampliada por el profesor Jim Coda de la Universidad Stony Brooks en Nueva York, quien lideró el estudio; junto a Amanda M. Lee de la Universidad de Massachusetts Amherst, David Thilker de la Universidad Johns Hopkins, Françoise Combes del Observatoire de Paris, Samuel Boissier del Laboratoire d’Astrophysique de Marseille, además de Rubio y otros investigadores.

El descubrimiento inicial fue publicado en el Astrophysical Journal bajo el título: “First Detection of the Molecular Cloud Population in the Extended Ultraviolet Disk of M83”, representando un avance significativo en la comprensión de cómo, cuándo y dónde nacen nuevas estrellas en el vasto universo.

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