Los científicos realizaron un estudio para saber cómo poder enfrentar la crisis de polinización, destacando la importancia de las especies nativas y educar.

¿Qué tienen en común las abejas, mariposas, moscas con aves o murciélagos? Todos estos son responsables de que gocemos de alimentos, telas y mucho más. Estos seres, llamados polinizadores, trasladan polen de una flor a otra, permitiendo la formación de semillas y frutos, acción llamada polinización.

Sin embargo, los polinizadores han disminuido dramáticamente en las últimas décadas debido a las actividades humanas, cuyos impactos locales y globales amenazan de distintas maneras su supervivencia.

Por ello, un estudio publicado recientemente en la revista científica Diversity analizó los principales factores que deben ser abordados para enfrentar la crisis de la polinización en Chile a través de acciones locales que ayuden a enfrentar este problema.

“Este es un problema mundial ya que, a raíz de las acciones humanas, hubo un declive generalizado de polinizadores y de los servicios de polinización”, asegura Francisco Fontúrbel, profesor asociado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).

De acuerdo el profesional, además de la importancia que esto tiene para la biodiversidad, la polinización también es fundamental para la seguridad alimentaria.

Una alerta en la vida diaria

Los investigadores de este estudio, que incluye a instituciones como la Universidad Mayor, Universidad de La Frontera, Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, entre otras, denunciaron además una falta de información para conciliar la producción de alimentos y la conservación de los polinizadores.

Y es que la agricultura convencional amenaza la conservación de los animales que desempeñan esta labor al generar la pérdida de hábitat, contaminación y la introducción de especies exóticas.

Lorena Vieli, autora principal del estudio y académica de la Universidad de La Frontera, asegura que Chile no está ajeno a esta crisis de la polinización, ya que de acuerdo a los científicos, el modelo agrícola chileno fomenta la pérdida de polinizadores.

De todas formas, el equipo señala que existe un vacío de información que no permite dimensionar a cabalidad todos sus efectos.

Una posible solución

Por todo lo anterior, los investigadores llaman a impulsar acciones locales que aborden cada una de las amenazas a través de políticas públicas y acciones ciudadanas.

Así, por ejemplo, se podría controlar o detener la importación de insectos exóticos (como el abejorro europeo), y se lograría una mayor regulación y uso racional de los plaguicidas, además de añadir una serie de medidas para la mitigación y adaptación a la crisis climática actual.

Vieli empezaría “por el proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), que es fundamental y lleva más de 10 años en tramitación”.

“Podríamos hacer leyes específicas para los polinizadores, pero al final necesitamos conservar toda la biodiversidad en Chile, y en este momento eso no está en manos de ningún ente que pueda hacer valer eso”, lamenta.

Es por eso que el tema debería iniciar con la creación de una institución que haga valer políticas para conservar la biodiversidad.

También existen otras medidas, como promover paisajes agrícolas diversos a través de alternativas como la agroecología, agricultura biodinámica, intensificación ecológica y más.

La importancia de los seres polinizadores

Los investigadores aconsejan conservar sectores de flora nativa, intercalar distintos tipos de cultivo y usar plantas con flores como “imán” pueden atraer y mantener a una mayor variedad de polinizadores.

Según Fontúrbel, “las abejas y moscas son de los polinizadores nativos más relevantes, y generalmente están asociadas a los remanentes de vegetación natural que quedan cerca de los cultivos”.

Por otro lado, llama a no sobrevalorar a los polinizadores exóticos (manejados), como la abeja melífera (Apis mellifera) y el abejorro europeo ya que, como se ha estudiado, el exceso de estas especies acaba siendo perjudicial para algunas plantas nativas.

Si bien falta bastante información al respecto en Chile, existe un consenso de que los animales autóctonos pueden contribuir de distintas maneras a mejorar la eficiencia de la polinización, ya sea por una mayor tasa de visitas, aumento de transferencia de polen, entre otros.

Esto no es menor si consideramos que nuestro país alberga alrededor de 464 especies de abejas nativas, de las cuales el 70% son exclusivas de este territorio.

Se suman al menos 132 especies descritas de sírfidos (moscas florícolas) que han sido poco estudiadas y cuyo número sería mucho mayor, sin contar a otros tipos de organismos que cumplen la función polinizadora, como las mariposas, escarabajos, aves, entre otros.

De hecho, en un trabajo que está en preparación, se observó que la contribución de los polinizadores nativos en paltos superó a la de las abejas melíferas, “a pesar de que estas abejas son mucho más abundantes y visitan como 10 veces más las flores del palto que los polinizadores nativos”, detalla Fontúrbel.

La necesidad de informar

Una de las tareas más apremiantes es llenar las lagunas de información existentes a través de un mayor apoyo y financiamiento a la investigación, programas de monitoreo e iniciativas de ciencia ciudadana en plataformas como iNaturalist.

En Chile, la falta de evidencia sobre este tema es enorme, incluyendo los efectos de la acción humana y el conocimiento de especies (potenciales polinizadores) que no han sido descritas o “descubiertas” por la ciencia.

En muchos casos ni siquiera se ha evaluado su estado de conservación, así como tampoco se conocen en profundidad las complejas interacciones entre estos animales y las plantas.

Para Vieli, “tenemos una forma de pensar en general muy poco ecológica. Cuando miramos los problemas y buscamos soluciones, estos se abordan de forma muy parcializada”.

La ecología no es un hobby, no es un jardín bonito: es una forma de pensar holística, de mirar los fenómenos en cuanto a sus relaciones. Si faltan polinizadores, no sirve colocar más polinizadores, no funciona así”, apunta.