La comunidad científica y civil reaccionó con preocupación ante el último récord de temperatura registrado el 9 de febrero en la Antártica, de 20,75°C, según científicos de un proyecto brasileño.

No obstante, para Raúl Cordero, físico y climatólogo de la Universidad de Santiago de Chile, es difícil que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirme el registro obtenido en la isla Seymour.

En conversación con El Mercurio, el especialista señaló que la instancia “no valida los récords registrados mediante estaciones meteorológicas no permanentes. Al parecer, este sería el caso”.

A lo anterior, Cordero sumó el hecho que el día en cuestión la base argentina “Marambio”, ubicada en la misma isla, obtuvo registros máximos de 14,7°C.

Es por eso que, en la opinión del experto, “es imposible que en una distancia de pocos kilómetros se presenten cinco grados de diferencia”.

Pese a ello, el académico reconoció que la semana entre el 3 y 9 de febrero trajo altas temperaturas al continente blanco, panorama que no cambiará.

“La próxima semana viene una nueva ola de calor. Vamos a tener viento cálido fuerte de oeste a este y podría haber nuevos récords o, al menos, muy altas temperaturas”, finalizó.