El descubrimiento en las capas de nubes de Venus de un gas posiblemente indicador de vida, la fosfina, fue celebrado este lunes por el jefe de la agencia espacial estadounidense, quien dijo querer ahora dar prioridad al estudio de este planeta, desatendido en favor de Marte.

“¿Vida en Venus? El descubrimiento de fosfina, un subproducto de la biología anaeróbica, es el evento más importante hasta hoy en la búsqueda de vida fuera de la Tierra”, tuiteó Jim Bridenstine, administrador de la NASA, en respuesta a la publicación el lunes temprano de un estudio sobre el hallazgo en la revista Nature Astronomy.

Los astrónomos han especulado durante décadas con la posible existencia de microbios en las nubes altas de Venus, microbios que flotarían libres de la superficie abrasadora, pero que necesitarían de una muy alta tolerancia a la acidez. La detección de fosfina podría apuntar a tal vida “aérea” biológica.

“Cuando obtuvimos los primeros indicios de fosfina en el espectro de Venus, ¡fue un shock!”, afirma la responsable del equipo, Jane Greaves, de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), quien vio por primera vez signos de fosfina en observaciones realizadas con el Telescopio James Clerk Maxwell (JCMT), operado por el Observatorio de Asia Oriental (East Asian Observatory), en Hawái.

Confirmar su descubrimiento requería del uso de 45 de las antenas del conjunto ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), en Chile, un telescopio más sensible. Ambas instalaciones observaron Venus a una longitud de onda de aproximadamente 1 milímetro, mucho más de lo que el ojo humano puede ver (solo los telescopios instalados a gran altitud pueden detectarlo de manera eficaz).