Cuando publicaron la primera imagen de un agujero negro el 10 de abril, los científicos del proyecto internacional Event Horizon Telescope ya preparaban la secuela: una primera imagen animada que muestre los movimientos de los gases absorbidos para siempre en estos objetos celestes.

Con observaciones hechas por telescopios en 2017 y 2018, los investigadores trabajan ahora activamente para producir un video a partir de las montañas de datos registrados; esperan publicar una primera película, quizás algo entrecortada, en 2020.

Y en cualquier caso, “para fines de la próxima década, haremos películas de agujeros negros de alta calidad y en tiempo real, que revelarán no solo su apariencia, sino también su comportamiento en el escenario cósmico”, dijo a la AFP Shep Doeleman, director del gran proyecto de astronomía que reúne a 347 científicos de todo el mundo.

Este jueves recibieron el Premio Breakthrough, dotado de 3 millones de dólares, que reconoce los avances científicos.

“Trabajo en esto desde hace 20 años, y mi esposa finalmente se convenció de que estoy haciendo algo que vale la pena”, afirmó este investigador de 52 años, padre de dos hijos y astrónomo en el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.

La idea que lo ha ocupado desde su tesis doctoral es la siguiente: los astrónomos podían detectar la luz tragada por los agujeros negros, pero no tenían “la precisión necesaria para ver la forma de esa luz”.

“Para hacer una imagen, había que unir varios telescopios” extendidos sobre la Tierra que juntos reproducirían el equivalente a un telescopio virtual gigante, capaz de alcanzar una resolución sin precedentes, para observar en detalle un astro que se ve microscópico en el cielo, explicó.

“Una primera película cruda”

A fines de los 2000, la tenacidad comenzó a pagar. El proyecto logró utilizar tres telescopios para probar el concepto, y publicó en 2008 las primeras mediciones de un agujero negro. Pero no fue hasta abril de 2017 que el proyecto consiguió reunir ocho radiotelescopios en Chile, Estados Unidos, el Polo Sur…

Los telescopios observan altas frecuencias, lo que significa que permiten ver “a través de todo el gas y el polvo de nuestra galaxia, y a través de los gases acumulados en el agujero negro, hasta la frontera misma del agujero negro”.

Además, durante esa semana de abril de 2017, los telescopios observaron no solo el agujero negro en el centro de la galaxia M87, sino también el que se encuentra en el centro de la nuestra, Sagitario A*. También los observaron en 2018, y planean hacerlo nuevamente el próximo año.

Nuestro agujero negro es más turbulento y, por lo tanto, más difícil de observar. “Pasa más o menos un mes para que la materia circule alrededor del M87, pero las órbitas alrededor de Sagitario A* demoran solo media hora. En una noche de observación, Sagitario A* puede cambiar frente a nosotros”, dice.

“Es posible que hagamos una primera película cruda”, agregó el científico. Idealmente, se necesitarían más telescopios, en la Tierra o en la órbita terrestre, para aumentar la resolución. “Pero la refinaremos con el tiempo. Tal vez sea como las primeras películas cinematográficas”.

La primera imagen de M87 abrió puertas y Doeleman es optimista. “Obtendremos apoyo de agencias de financiación de todo el mundo, de fundaciones, quizás incluso de donantes privados, para pasar a la siguiente etapa”.

Según él, la próxima generación de Event Horizon Telescope, en la década de 2020, producirá videos cada vez más precisos de agujeros negros.

El proyecto “ha creado más valor que ningún otro proyecto científico en la historia”, dijo Doeleman.

“Nos vemos como exploradores. Somos instrumentos al borde de un agujero negro, y regresamos para contar lo que encontramos”.